Un estudio publicado en la revista científica ENVIRONMENT AND BEHAVOIR, asegura que la visión de un espacio verde, ya sea un jardín, un bosque, o incluso un paisaje pintado, contribuye a alargar la vida, mejora el humor, y reduce los niveles de ansiedad.
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Los autores, de la Universidad de Illinois, añaden que un espacio verde no tiene que ser muy denso, sino que se pueden plantear diseños más abiertos: árboles espaciados entre sí, macetas con flores, grandes extensiones de césped, etc.
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Los científicos analizaron los delitos cometidos en diferentes áreas de un suburbio de Chicago, considerado entre los doce peores barrios de Estados Unidos, con una tasa de desempleo superior al 90%, y una gran proporción de adolescentes y niños en riesgo de exclusión.
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En él, como en muchos suburbios del mundo, por razones presupuestales, se han ido eliminando progresivamente los árboles y jardines.
Los resultados revelaron que las áreas sin vegetación presentaban una tasa de criminalidad significativamente más alta.
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Desde la publicación de ese trabajo, en 2001, han sido muchos los estudios que demuestran que las zonas verdes pueden hacer más habitables y seguras a las ciudades.
Las personas que viven en barrios con jardines y parques, tienden a hablar más entre sí, por lo que se crea un sentimiento de comunidad y vínculo con los vecinos.
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Además, como sabemos, los árboles limpian el aire que respiramos, y también nos alivian del calor en el Verano. .
¡Qué padre!, ¿no?