El iPhone ha conseguido darle la vuelta al partido. Si el 7 de septiembre, cuando Apple presentó la última versión de su producto estrella, los analistas recortaron las previsiones de ventas de la compañía, la fuerte demanda que ha conseguido generar con el paso de las semanas ha remontado las estimaciones y el iPhone 7 ya eleva los beneficios y la cifra de negocio que se espera que alcance en los próximos años.
Casi un mes después de que Apple hiciera públicos los detalles de su nuevo teléfono inteligente, que, en un primer momento, fue visto por los expertos como una patada hacia delante, el consenso de mercado incrementa ligeramente las ganancias estimadas para el presente ejercicio fiscal, que cierra el pasado 27 de octubre, y casi un 1% para los dos próximos años. De esta manera, las previsiones apuntan a que Apple reducirá sus beneficios un 14% este curso, respecto al pasado.
En un primer momento, los analistas consideraron que el iPhone 7 era un modelo que aportaba pocas novedades, previo a una versión más rompedora que llegará en 2017, coincidiendo con el décimo aniversario del lanzamiento del primer iPhone. Sin embargo, finalmente, la última vuelta de tuerca a su producto más relevante está demostrando ser un éxito de ventas. “Hemos elevado nuestras estimaciones para el próximo trimestre, que acaba en diciembre, dada la buena acogida”, reconocen desde Citi.
La dimensión del teléfono inteligente más conocido del planeta para Apple la explica bien el hecho de que significa más del 60% de su cifra de negocio total. Es más, desde 2011, el iPhone ha pasado de representar un 42.5% de los ingresos del gigante de la tecnología, a suponer un 66.3% en 2015.