Un ex jefe de producto de Google ha presentado en California, Estados Unidos, una demanda contra la compañía argumentando que la firma emplea un software espía mediante el cual está permanentemente informada de las actividades de sus empleados en sus puestos de trabajo. El demandante, que ha preferido permanecer en el anonimato, ha alegado que además de este programa, la empresa ha dispuesto una web para que los trabajadores puedan acusarse entre ellos en caso de sospecha de algún tipo de fuga de información.
El demandante ha alegado que la empresa ha dispuesto una web para que los trabajadores puedan acusarse entre ellos en caso de sospecha
Este empleado alega, al presentarse en la justicia contra el que fuera su empleador, lo que parece una durísima política de Google en lo que respecta a las relaciones internas entre sus empleados, y lejos del ambiente de futbolines y comida gratis que ofrece la firma.
En la demanda se expresa que los empleados de la compañía tienen terminantemente prohibido, por ejemplo, escribir un libro mientras trabajen para la firma si no cuentan con su consentimiento, o cómo la amenaza del despido fulminante está siempre presente para quienes filtren al exterior algún tipo de información.
También ha trascendido a través de dicha demanda que no se permite a los empleados hablar sobre sus condiciones laborales ni entre ellos, ni sobre todo, con los medios de comunicación. En total, el demandante entiende que se han vulnerado sus derechos como trabajador y de prosperar dicha reclamación Google podría ser sancionada con hasta 3.800 millones de dólares, según algunas estimaciones basadas en el cómputo por empleado.
Este jefe de producto afirma que fue despedido por criticar en Facebook las condiciones de trabajo en la división Nest, a la que él pertenecía. El demandante habla de un ambiente tenso en el que los trabajadores eluden criticar a la empresa ya que cualquiera podría denunciar esta crítica con las herramientas dispuestas.
Google por su parte rechaza las acusaciones: “Esta demanda carece de base. Estamos muy comprometidos con una cultura interna abierta, lo que significa que compartimos frecuentemente con los empleados detalles de lanzamientos de producto e información confidencial del negocio”, defiende Google en un comunicado.
En lo que respecta a las críticas por falta de libertad a la hora de hablar, fuentes de la firma han explicado a EL PAÍS que lo que buscan es proteger la información: “Los requisitos de confidencialidad de nuestros empleados están diseñados para proteger la información propiedad del negocio, no para prevenir que los empleados hagan pública información sobre términos y condiciones sobre su empleo o preocupaciones acerca del lugar en el que trabajan”.
El asunto está ya en manos de los tribunales y de prosperar la demanda Google podría recibir una sanción millonaria por vulnerar la legislación laboral californiana que garantiza precisamente esta libertad de expresión relativa a las condiciones laborales.(El País)