El 28 de enero se celebra el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de Dióxido de Carbono (CO2), y en un contexto de urgencia por enfrentar el cambio climático, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) insistió en que es necesario garantizar los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
En México, bosques y selvas están habitados por pueblos y comunidades que por siglos han tratado de conservar ambos ecosistemas mediante un aprovechamiento sostenible; empero, no siempre se puede y es el estado de Quintana Roo el que mayor tasa de deforestación tiene en los últimos cuatro años: mil 70 hectáreas, según la asociación civil “Reforestemos México”.
La entidad perdió 57 por ciento de selvas y bosques en los últimos 45 años, sobre todo por incendios forestales, huracanes, actividades agropecuarias, sobreexplotación maderable y quema con fines habitacionales, de acuerdo con “Reforestemos México”, que reveló que la pérdida equivale a un millón 725 mil 600 hectáreas.
En su reporte anual Sofo 2018 (acrónimo de State of Forests in the World / “Estado de los bosques en el mundo”), la FAO (Food and Agriculture Organization, por sus siglas en inglés / Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) destacó que la silvicultura “constituye una opción para combatir la pobreza de las comunidades con derechos sobre los bosques y selvas”.
El estudio de la FAO señala que en México dos mil 300 comunidades se ayudan de la silvicultura, lo que genera considerables ingresos. No obstante, sostiene que América Latina es una de tres regiones donde continúa la devastación, pues entre 1990 y 2015, la superficie forestal del planeta disminuyó de 31.6 a 30.6 por ciento.
En Quintana Roo, la población que depende de la actividad está en cinco municipios: Othón Pompeyo Blanco, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Lázaro Cárdenas, donde cerca de 40 mil familias basan su economía en el aprovechamiento del sector forestal al habitar en comunidades con derechos sobre los bosques.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA), la entidad tiene una superficie forestal de cuatro millones 455 mil 627 hectáreas, de las que tres millones 773 mil 23 se consideran con vocación: 84.68 por ciento; las restantes 682 mil 604 hectáreas son áreas no forestales.
Estancamiento
En un contexto de urgencia por enfrentar el calentamiento global, el organismo remarcó que es necesario garantizar los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, ya que, en México, como en gran parte del mundo, el trabajo en los bosques absorben buena parte de las emisiones del país, afirmó Sergio Madrid Zubirán, director ejecutivo del CCMSS.
De acuerdo con la Sexta Comunicación de México ante la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, los ecosistemas forestales absorben casi 26 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (gei) de todos los sectores del país; en tanto, el sector Cambio de y uso de suelo, y silvicultura emite apenas 4.9 por ciento de esas emisiones.
La Estrategia Nacional de Reducción de Emisiones por Degradación y Deforestación estima que “los bosques y selvas de México están entre los primeros 24 del mundo con más volumen de carbono almacenado en la biomasa forestal. En 2010 se calcularon dos mil 43 millones de toneladas de CO2 capturadas, un promedio de 32 toneladas por hectárea”.
Sin embargo, la deforestación no se ha reducido; el sector forestal está estancado y los monocultivos ganan cada vez más terreno, lo que ha impedido el crecimiento en las capacidades de absorción de carbono de los bosques.
Es importante considerar que en México, 80 por ciento de los bosques y selvas del país son propiedad de ejidos y comunidades, mayoritariamente indígenas, los que constantemente afrontan amenazas de despojo y violación de los derechos por la instalación y creación de megaproyectos que degradan y generan gran cantidad de emisiones contaminantes.
El centro de investigación de temas forestales “Wood Hole Research Center” señala que los bosques ya eliminan alrededor de 30 por ciento de las emisiones de CO2 de la atmósfera producidas por los seres humanos, y que si se hacen esfuerzos para maximizar su papel como sumideros de carbono pueden eliminar mucho más.
Esos esfuerzos incluyen mejorar las prácticas agrícolas, transitar hacia esquemas de producción agroecológica, detener la deforestación y restaurar 500 millones de hectáreas degradadas, lo que permitiría ganar entre 10 y 15 años para lograr la descarbonización sin incrementar la temperatura del planeta en 1.5° centígrados.
El organismo subraya el rol de las comunidades indígenas en ecosistemas forestales: protegen 125 mil millones de toneladas de carbono, que son más de la mitad almacenado en los bosques tropicales del mundo, lo que representa más de 10 veces las emisiones de carbono anuales de los seres humanos.
Asimismo, las labores de conservación de los pueblos indígenas en los bosques tropicales devuelven 13 mil kilómetros cúbicos de agua cada año a la atmósfera; es decir, 20 por ciento del total mundial de la Tierra.
“Mientras México siga impulsado el modelo de producción agropecuaria que emplea semillas modificadas, grandes cantidades de fertilizantes químicos y pesticidas tóxicos, en detrimento de la producción agroecológica, serán infructuosos los esfuerzos por mitigar las emisiones de gases contaminantes”, agregó Madrid Zubirán.
Por Carlos Aguila Arreola/ @aguila_carlin
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