Hay mentes que tienen alcances de miras que nos llevan a concebir una visión diferente, que nos revelan novedades, que mejoran o empeoran el escenario.
Cambiar al mundo suena como la típica arenga de súper héroe que convoca a la liga de guardianes para salvar al planeta. Sin embargo, a lo largo de la Historia, la Humanidad ha visto como sus suelos se mueven cuando alguien les retira el velo de los ojos y les enseña que hay algo mejor, que algo estaba mal planteado. Así, Pitágoras nos entregó las matemáticas y la geometría, Copérnico revolvió al planeta al demostrar que la Tierra no es el centro del Universo y que es ella la que gira alrededor del Sol, Albert Einstein nos reveló el concepto de relatividad y también abrió la puerta a la creación de armas de destrucción letal como la bomba de Hidrógeno. Cambiar no siempre significa mejorar. Hay que estar alertas.
Contemplar las tendencias que pueden cambiar al mundo nos lleva a anticipar el rumbo que tomará nuestra forma de vida. Antes, imaginar que nos podríamos comunicar desde casi cualquier punto con quien quisiéramos era un tema de ciencia ficción. Steve Jobs logrótransformar el mundo con su visión tecnológica y cambió la forma en que nos relacionamos con los aparatos. Apenas hace treinta y cinco años, era difícil figurarse lo que sucedía en los países del bloque de izquierda. Mikhail Gorbachov tiró los ladrillos de la cortina de hierro y los que estuvieron atentos lograron aprovechar oportunidades magníficas: lograron poner las cosas a su favor.
Lo cierto es que el cambio asusta. Las modificaciones sustanciales en los campos de la ciencia, la tecnología, las artes, nuestras tradiciones preferimos que vayan despacio para poderlas asimilar. Sin embargo, hoy por hoy, ese anhelo es imposible de lograr. La carrera tecnológica ha alcanzado velocidades vertiginosas a las que nos debemos de acostumbrar. Cerrar los ojos, meter la cabeza a un hoyo en la tierra o mirar para otro lado no resultan buenas opciones. Parece mejor ver cuáles son las tendencias que pueden cambiar al mundo y analizar en qué forma podemos participar de ellas.
- Desdibujar los límites físicos. La innovación y la creatividad son los elementos fundacionales. Se trata de imaginar sin dejar que las fronteras se conviertan en el pretexto que nos digan que no. El punto nodal es encontrar como sí se puede llevar a cabo una idea. Elon Musk es el mejor ejemplo de esta tendencia: parece no tener límites: actualmente es director ejecutivo y CTO de SpaceX, presidente de SolarCity y director ejecutivo de Tesla Motors, la empresa más innovadora del mundo. “Tú piensas que esto nunca cambiará, que siempre será igual, estás equivocado”, dijo Musk en una entrevista años más tarde.
- Desdibujar los prejuicios. Si tirar límites físicos es complicados, intentar borrar esos juicios preconcebidos es todavía más complicado. Extirpar esos pensamientos irracionales que nos llevan a elevar el dedo juzgón y emitir veredictos —generalmente absurdos— es tan sencillo como encontrar el elixir de la eterna juventud. No obstante, los movimientos que buscan visibilizar, denunciar y terminar con el abuso, el acoso y con las diferencias que existen sin fundamento, están empezando a prender el entusiasmo de la gente. #Metoo fue iniciado por una activista afroamericana Tarana Burke y ha encontrado eco, también respaldo. Quienes estén dispuestos a romper las barreras de cristal, quienes quieran terminar con la falocracia, o la preponderancia del color de la piel, o la discriminación al diferente, quienes sepan que ser incluyentes puede generar mejores perspectivas, estará abriéndose las puertas a una transformación profunda.
- Inteligencia Artificial. Lo logramos, hemos hecho máquinas que son capaces de realizar actividades que antes creíamos exclusivas para el ser humano: pueden aprender, razonar, inferir. Las ciencias computacionales se han encargado de estudiar modelos de cómputo capaces de realizar actividades que imitan las funciones cognitivas. A medida que las máquinas se vuelven cada vez más capaces, la tecnología que alguna vez se pensó que requería de inteligencia se elimina de la definición. Las máquinas saben jugar ajedrez, nos reconocen huellas dactilares, el rostro, nos predicen el clima, nos avisan de nuestras citas y nos advierten que se nos olvidó tomar la medicina. Demis Hassabis, científico graduado de la Universidad de Cambridge sostiene que al desentrañar a fondo los procesos que entendemos como inteligencia, al unir la neurociencia con el aprendizaje automatizado, muchos de los problemas que pensamos irresolubles, se solucionarán. Con Deep Mind busca generar desarrollos de machine learning quiere lograr generar algo que llama “inteligencia artificial general”.
- El espacio. Parece una locura, pero mirar a la bóveda celeste hizo que tres científicos: Natalie Batalha, Guillem Anglada-Escude y Michelle Gillon fueran nombrados personas influyentes en el año de 2017. Su búsqueda es la vida en otras partes del universo. Una de las obsesiones de la humanidad es saber si estamos solos en el vacío y si hay algo más.
- Ingeniería genética. Entender al ser humano desde su concepción más básica: la química molecular. El tema se desarrolla en la línea genómica y la biología sintética. ¿Se puede diseñar vida artificial? El cuestionamiento va sobre los carriles de ¿para qué le sirve al mundo revivir especies extintas? Algunos pensaremos en Jurassic Park, sin embargo, George M. Church cree que pueden conseguirse beneficios y está experimentando con los genes de un mamut que encontró en Siberia, implantándolos en un elefante. Veremos.
- Los bancos centrales del mundo tiemblan ante la posibilidad de una unidad digital de intercambio. Algo así como dinero que no depende del respaldo de un banco. Satoshi Nakamoto, un japonés al que nadie ha visto, se atrevió a desafiar los sustentos de los principios económicos y lanzó al mundo el famoso bitcoin que funciona con tecnología blockchain que es como una balanza virtual de entradas y salidas en el que queda registro de todas las transacciones y que es casi imposible de falsificar. ¿Amenaza, oportunidad? Las criptomonedas con críticas y alabanzas son una realidad.
- El odio, la frivolidad y la división. Según Rob Riemer estas tres pulsiones siguen latentes en el registro de la humanidad. Tiene razón. Los discursos que impulsan el miedo, el desprecio y la falta de análisis hacen que lo inverosímil suceda. La ciencia de las casas encuestadoras ha visto vulnerada su capacidad de predicción. Las tendencias nos llevan a pensar que será uno el rumbo y los resultados nos llevan a resultados que desunen en vez de reunir. Es fácil engañar con discursos proteccionistas, nacionalistas. Las noticias falsas se espolvorean por la red y la gente muerde el anzuelo con la esperanza de verse protegidos de un mal que tal vez no existe.
¿Qué significa cambiar al mundo? Significa mudar las cosas de su estado actual. Conocer las tendencias nos puede poner un paso adelante, sea para remediar o para aprovechar el impulso. Hoy más que nunca, esta información la debemos conocer para tomar el timón de nuestros destinos.