Las rabietas o berrinches se caracterizan por frustración, fuerte enojo, y mal comportamiento. Estas pueden ser consideradas como la demostración más desarrollada de enojo.
Las rabietas son provocados por algo que causa al niño un sentimiento de frustración exagerada, así sea o no una provocación física, la falta de atención o el deseo de un objeto. Los niños repetirán esta conducta si ven que esta tiene éxito. Sin embargo, muchos menores dejan de tener rabietas cuando llegan a los cuatro años, en este momento es cuando la madurez cerebral y las experiencia aprendidas les permiten manejar sus emociones de una manera más constructiva.
Una de las razones principales por la que los niños son más capaces de contralarse a sí mismos es porque la corteza frontal del cerebro de un niño de cuatro o cinco años está más desarrollada que la de un niño de dos o tres años. La corteza frontal es la encargada de controlar las reacciones y las emociones fuertes, y también las reacciones agresivas.
Un niño de cuatro años que continúa utilizando la agresión física de manera regular para obtener lo que quiere o para expresar su frustración necesita ayuda profesional para aprender a controlarse mejor, se espera que durante la edad escolar los niños hayan aprendido otras alternativas a la agresión física. La falta de capacidad para controlar la agresión física es un signo importante de problemas en la conducta que requiere ayuda.
Mientras los niños van creciendo, este cambio positivo ocurre incluso a pesar del aumento de la exposición de los niños a modelos agresivos en su entorno, como es el caso de programas violentos en televisión o el video juegos, pero las agresiones psicológicas aumentan.
En los niños de preescolar es necesario entender que la agresión es parte natural de la vida y ayuda al desarrollo de la capacidad de autodefensa, pero no debe persistir.
Puesto que se encuentra dentro del campo de las emociones, es una forma de comunicación a través de la cual el niño expresa que no se encuentra a gusto en una situación, pero si el berrinche se prolonga estamos hablando de baja control de las emociones.
La energía que provee de los sentimientos agresivos permite al niño poner límites a otros niños y frenar situaciones.
Sin embargo, si las conductas agresivas y sentimientos de rabia podrían indicar que algo no se encuentra bien en la vida del niño y que necesita ayuda. Es por esto que si no se trata en la infancia y se busca apoyo en esas áreas en que el niño está presentando dificultades, probablemente originará problemas en el futuro como fracaso escolar, dificultades de socialización y de adaptación, baja autoestima, incapacidad para cumplir normas. Es importante observar que está ocurriendo con cada niño para poder detectar qué está causando esa agresividad y poder tratarla a tiempo.
EN LA FAMILIA (causa de agresión en los niños) por:
- La imitación
- Las relaciones conflictivas
- Falta de Límites
- Incongruencia en el comportamiento de los padres o cuidadores
- Falta de Afecto
- Niños excesivamente criticados
- Niños poco cuidados y poco atendidos
Por ello se debe:
- Corregir una conducta inadecuada
- Recompensar las buenas conductas (reconocimiento positivo, felicitar, mostrar orgullo)
- Autocontrol (enseñar alternativas para descargar un sentimiento negativo que provoque una conducta negativa)
- Actividad Física y Juegos ( canalizar el uso de la energía)
- Supervisión de los Adultos ( en preescolar no es natural auto controlarse)
Por Claudia Elena Díaz Lozano
Lic. En Pedagogía
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