A menos de un año para el inicio de la Copa del Mundo FIFA 2026, México se encuentra en plena preparación para recibir uno de los eventos deportivos más esperados a nivel global. Con tres sedes oficiales, Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, el país no solo anticipa un impacto en el ámbito deportivo, sino que también se proyectan beneficios económicos significativos.
Según Mikel Arriola, comisionado de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), durante una conferencia celebrada en Guadalajara, se estima que el torneo generará alrededor de 24 mil empleos, tanto directos como indirectos. Además, se pronostica una derrama económica superior a los 3 mil millones de dólares, cifra que eclipsa en un 235 % los ingresos obtenidos durante una semana del Gran Premio de Fórmula 1 en México.
El sector turístico, uno de los más beneficiados, podría ver un ingreso de más de mil millones de dólares. Las proyecciones indican un aumento del 44 % en la llegada de turistas internacionales durante los meses de junio y julio de 2026, en comparación con los 5.5 millones de visitantes internacionales que México recibió en 2024.
Las inversiones necesarias para garantizar el éxito del evento han sido considerables. Ciudad de México destinará 3,194.8 millones de dólares, Guadalajara 1,385.1 millones y Monterrey 3,866.2 millones. En total, la inversión en estadios alcanzará los 200 millones de dólares, respaldada por estudios de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) y la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) que anticipan mejoras en conectividad aérea y logística.
Más allá del fútbol, la Copa del Mundo representa una oportunidad única para propulsar el desarrollo económico, turístico y cultural de las regiones anfitrionas. Junto a Estados Unidos y Canadá, México hará historia al albergar el primer Mundial con 48 selecciones, consolidando su papel en el mapa deportivo internacional.