Las calaveras de azúcar no pueden faltar en los altares y decoraciones en las fiestas relacionadas al Día de Muertos son una tradición en México que logra traspasar fronteras, son una pequeña muestra de la versatilidad, magia, color y dulzura de un gran país.
Significado
Aparecen en sustitución a los cráneos que en tiempos precolombinos se usaban en los Tzompantlis con la finalidad de honrar a sus dioses. Recuerdan a la muerte siempre presente, ese paso inevitable de lo terrenal a lo místico. En noviembre aparecen en diferentes tamaños, decorados con coronas, espirales y grecas multicolores. Algunas tienen el nombre del difunto, otras se regalan con el nombre de las personas vivas, recordándoles su inevitable destino.
Orígenes
Sus raíces son muy antiguas: parece que los árabes llevaron el nombre y la técnica de los alfeñiques a España y de allí pasó a México y se extendió rápidamente, pues la costumbre de honrar a los muertos unió la tradición indígena a la española.
Elaboración
La técnica para su elaboración de las calaveritas es parecida a la de la artesanía del alfeñique, que se elabora en Toluca, Guanajuato y otros lugares del país. Las materias básicas del alfeñique son muy sencillas: azúcar, clara de huevo, limón y una sustancia aglutinante que llaman “chautle”: cormo o seudobulbo de una orquídea de tierra. Sin embargo, la elaboración es delicada y requiere dedicación y paciencia.
Para las calaveras, el procedimiento es distinto y se denomina “vaciado”. El azúcar se disuelve en agua y se deja hervir por una media hora hasta que espese, agregándole un poco de limón.
El artesano sabe calcular muy bien el punto en que la miel está lista para ser “espumada” —es decir, batida rápidamente para que logre cristalizar— y vaciada en los moldes que son generalmente de barro, aunque también se usan de madera y bronce, hechos de varias partes.
Cuando el azúcar empieza a cuajar se voltea el molde rápidamente para que un poco de la miel interior escurra y las calaveras queden huecas. Ya secas, éstas se sacan del molde y se decoran con “betún”, hecho con clara de huevo, azúcar glass y colorantes; para los ojos se usa papel de estaño.
Con la misma técnica de “vaciado” se fabrican también botellitas, corazones y letras rellenas de un licor barato o simplemente de agua azucarada, perfumada.
Uso
Las calaveras de azúcar son ofrendas para el altar que se prepara en las casas con la foto de los familiares muertos, velas, flores y diferentes platillos.
Esta columna fue publicada originalmente en Peregrineros.wordpress.com y es reproducida con permiso expreso de sus autores. Para leer la versión original visite: https://peregrineros.wordpress.com/2021/10/28/las-calaveritas-una-dulce-tradicion-mexicana-para-ofrendar/
Imagen de Miguel Á. Padriñán en Pixabay
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