La crisis ambiental que se vive en Mahahual y Xcalak por el cierre del tiradero a cielo abierto que funcionaba en terrenos de un particular requiere solución inmediata y el presidente municipal Otoniel Segovia Martínez tiene que dejar de hacerse “de oídos sordos”, manifestó el procurador de Protección al Ambiente en Quintana Roo, Miguel Ángel Nadal Novelo.
El funcionario dijo, incluso, que el tiradero de Mahahual nunca debió habilitarse en el terreno que se usaba porque no cumple las normas mínimas para su operación, como la instalación de una geomembrana para evitar que los lixiviados se filtren al subsuelo. Sin embargo, no aclaró la razón por la que la dependencia que encabeza nunca intervino.
Como informamos el pasado jueves, Mahahual entró prácticamente en contingencia ambiental debido a que el propietario del predio que se utiliza como basurero tomó la decisión de cerrarlo porque el Ayuntamiento de Othón P. Blanco no le paga la renta.
Ya desde hace más de un año la población vive una crisis por el casi inexistente servicio de recolección de basura, que se presta con un solo camión en pésimas condiciones, que debe atender por igual las zonas habitacional y turística. Ante el abandono de las autoridades municipales, los empresarios se han hecho cargo del mantenimiento e, incluso, se pagar el combustible de la unidad.
Por esa razón, el principal destino turístico del sur del Estado y segundo puerto de llegada de cruceros en el país, por debajo de Cozumel, con una importante contribución para que Quintana Roo sea el principal puerto de cruceros en América, está hoy invadido por toneladas de basura que se acumulan en la vía pública y afueras de las viviendas y negocios den Mahahual e Xcalak.
Nadal Novelo subrayó que el ayuntamiento de Othón P. Blanco tiene que solucionar el problema de inmediato, pues es totalmente de su competencia y se corre el riesgo de una contingencia ambiental en la comunidad.
Ante esa situación, hay quienes sugieren “estrenar” el relleno sanitario o basurero intermunicipal que se encuentra en la comunidad de Cafetal, a 85 kilómetros de la capital del Estado, que desde hace tres años debió entrar en servicio, pero no fue así por diversas fallas estructurales, a pesar de que se invirtieron más de 10 millones de pesos en su construcción.
La obra se ejecutó en el sexenio de Roberto Borge Angulo y en su momento fue considerada como mal hecha, con vicios ocultos e inoperantes. La constructora no hizo válida la garantía y hasta hoy permanece como un “elefante blanco” y no hay manera de que reciba diariamente la basura proveniente de los municipios de Bacalar y Othón P. Blanco.
El relleno sanitario tiene una celda de 80 por 80 metros, laguna de lixiviados de 40m por 30 m de 1.5 m de profundidad cubierta con una capa de geotextil y una geomembrana de 1.5 milímetros de espesor y tiene capacidad para recibir unas 80 toneladas de residuos sólidos diariamente.
Por INFOQROO
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