Pareciera que el mundo del tatuaje es algo actual o moderno, sin embargo es una costumbre milenaria y quizá una de las primeras desde que surgió el ser humano moderno. Una costumbre practicada por diferentes culturas.
Definición
Un tatuaje es una forma de modificación corporal, la cual consiste en alterar de manera temporal o permanente el color de la piel, sobre la cual se plasma un dibujo, un patrón, una figura o un texto, el cual se plasma con agujas u otros utensilios que inyectan tinta o algún otro pigmento en la dermis de una persona.
Historia de Ötzi
Se cree que esta era una práctica conocida por múltiples culturas y realizada de manera distinta, es así como se tiene registro que en 1991 en un glaciar situado en la actual frontera de Austria con Italia se encontró un cazador neolítico congelado de hace aproximadamente 5 mil 300 años quien es llamado Ötzi y quien tenía espalda y rodillas tatuadas. Un segundo hombre fue encontrado en Siberia con un tatuaje en el hombro y por los estudios realizados se calcula que data de hace 2 mil 500 años.
Egipto
Mientras en la cultura egipcia se tiene registro del tatuaje desde la XI dinastía (del 2160 al 1994 A.C), una de sus momias tatuadas más famosas es Amunet, quien era una sacerdotisa de la diosa de Hathor, que fue descubierta en la ciudad de Tebas. En ella se observan varios puntos y líneas tatuadas sobre su cuerpo. En la momia de Asecond se encuentran los mismos modelos, pero además tenía punteada su zona pélvica baja, con esto se llegó al consenso de que en Egipto los tatuajes se utilizaban solo en las sacerdotisas, se cree que era realizado casi exclusivamente por mujeres y que era un proceso donde se demostraba valentía o confirmaba la madurez. Egipto es de donde proviene los pigmentos de henna y donde se utilizaban agujas de oro. Se cree que los egipcios utilizaban el tatuaje en forma de prevención contra enfermedades, peligros y también un sentido mágico, algo que se fue perdiendo entre los griegos y romanos ya que para ellos los tatuajes servían para señalar el rango o posición social ya fuese para demostrar jerarquías militares o para indicar la propiedad sobre un esclavo.
Asia
Aproximadamente en el 1000 a. C. el tatuaje comenzó a tener entrada en las rutas comerciales de India, Japón y China. En Japón el tatuaje era utilizado como forma de marcar a los criminales quienes eran aislados por sus familias lo que constituía para ellos el peor de los castigos.
La mafia japonesa llamada yakuza utilizaba el tatuaje como forma de expresar su valentía y su lealtad a la mafia. Ya en el siglo XVIII en el gobierno del emperador Matshuhito la interpretación que se le había connotado hasta entonces al tatuaje cambió, se convirtió en arte gracias a creencias supersticiosas, ya que se decía que la forma de la ceja y su ángulo definía la suerte y el carácter de las personas. A su vez el propio emperador ante la apertura de Japón al occidente en 1842 prohibió toda práctica de tatuajes y así no dar la impresión de salvajismo al mundo.
América
En Nortamérica el tatuaje era un rito simbólico y una única marca que permitía superar obstáculos en el camino hacia la muerte, se asociaba al mundo religioso y mágico. Y en América Central era una práctica común entre los nativos, quienes se tatuaban imágenes de dioses, específicamente los aztecas quienes tatuaban a los niños con el fin de rendir tributo a dioses como Quauhtli.
México en la Actualidad
En México, la aceptación social de esta práctica es reciente. Hasta antes de la década de 1990, ser tatuador o estar tatuado no significaba, bajo ningún concepto, tener un alto orden jerárquico. Al contrario, quien tuviera cualquier trazo en su cuerpo, era considerado un exconvicto, se daba por hecho que esa marca se la habrían realizado en la cárcel. Por lo tanto, dentro de la sociedad civil, era casi un asunto delincuencial.
De manera que a finales del siglo xx, en todo México, aquella actividad era vista como una situación clandestina, antihigiénica, precaria, incluso discriminatoria.
A pesar de todo lo estigmatizante, problemático y estrafalario del tatuaje, existieron, por supuesto, los pioneros, quienes de manera subrepticia realizaban esos trabajos.
Fue, sobre todo, en Ciudad de México donde aquellos protagonistas de diferentes barrios de la urbe comenzaron con la búsqueda de significados, de estilos, a enfrentar batallas en contra de la violencia institucionalizada hacia ese sector. Ellos comenzaron a ejercer el oficio de tatuador desde jóvenes, sin saber que eso se convertiría en un trabajo del que podrían obtener remuneraciones económicas.
Así, los lugares furtivos en donde más tatuadores había entre los años 1982 y 1986 eran Tepito, Santo Domingo, Iztapalapa, La Raza, el tianguis del Chopo, la colonia San Felipe de Jesús. Además de otros sitios de la periferia como Nezahualcóyotl.
Ese anonimato también influyó para que a la mayoría de las personas que iniciaron esta actividad fueran más conocidas por su apodo que por su nombre oficial. Precursores con sobrenombres como el Aguarrás, el Burro, el Guero, el Zorro, el Ganso, Chanok, el Ruso, quedarán en los recuerdos más undergound.
Este artículo se publicó originalmente en el sitio peregrineros.wordpress.org y se reproduce con permiso expreso sus autores. Para leer el artículo original visitar: https://peregrineros.wordpress.com/2022/02/09/la-historia-del-tatuaje-el-arte-multicultural-de-adornar-el-cuerpo/
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