Si las redes sociales, la mal denominada economía colaborativa, ya han puesto patas arriba el mundo en que vivimos. No es descabellado pensar que en los próximos años las tecnologías avanzadas como: la inteligencia artificial, la robótica, los vehículos autónomos, los drones, la impresión 3D, las tecnologías transformadoras, volverán a dar una vuelta de rosca al mundo tal cual hoy lo conocemos. Todo esto provocará una transformación de la sociedad tal, que para el 2030 probablemente no la reconoceremos. Al final el turismo es tan solo el reflejo de una sociedad cambiante que busca experiencias durante su tiempo de ocio, hoy se llama viaje, mañana quien sabe cómo las denominaremos. Está claro que el cambio más importante y que va a afectar al sector turístico es la disposición de tiempo que tendremos los humanos.
Las preguntas a las que deberemos responder entonces serán:
- ¿Cómo se organizará la sociedad cuando los robots y la inteligencia artificial ocupen las actividades que hoy hacemos?
- ¿Cómo serán las jornadas laborales?. ¿Existirán?
- ¿Tendremos que crear nuevos puestos de trabajo como ya se ha hecho con las Redes Sociales?
- ¿La renta básica universal sustituirá al trabajo como lo conocemos y garantizará el estado hedonista base del ocio futuro?
Hasta ahora las tecnologías nos han cambiado la manera de hacer las cosas: de una carta al telex, después al fax y a un correo electrónico. Hoy el cambio no solo viene en cómo hacemos las cosas si no que estas tecnologías exponenciales, nos cambiarán como personas, y si cambian las personas automáticamente cambiará el turismo, porque turismo=personas
Según la OMS en el 2030, el estrés y la depresión costará ingentes cantidades de dinero a los gobiernos y serán las enfermedades de este siglo que acabamos de empezar. Hoy cada vez más nuestros clientes ya no tienen suficiente con las experiencias, buscan emociones, cosas que les renueven por dentro y les ayuden a afrontar estos cambios tan radicales y disruptivos que se avecinan. Quieren sentirse más personas, y es normal, estamos todo el día rodeados de máquinas y pantallas, que nos hacen vivir en un mundo constantemente interrumpidos y dispersos, donde el estrés tiene a la mayoría de las personas enfermas.
Cada vez somos más los que utilizamos los momentos de ocio y viajes para vivir estas emociones, aflorando principios universales como la conciencia plena o el Mindfulness. El viaje, nos hace agudizar los sentidos y tomar conciencia plena de los momentos vividos. Las actividades de Well Being, empiezan a tomar más fuerza y complementan al Wellness más centrado en lo estético, aumenta la oferta de viajes espirituales (que nada tienen que ver con el turismo religioso), baños de bosque, la meditación, el yoga, etc. y esto ha pasado de ser un nicho a ser una tendencia cada vez más importante y a la que debemos tener en cuenta. Un ejemplo claro es la iniciativa www.trailsforpeace.com que a través de una red internacional de senderos, fomenta la paz interior en las personas y la conexión con la naturaleza.
“La gente olvidará lo que dijiste, también olvidará lo que hiciste. Pero jamás olvidará cómo les hiciste sentir”. Maya Angelou.
Estamos en el principio de una nueva era turística, una era relacionada con las emociones, donde lo principal serán los humanos…
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