Fue en el año 2000 cuando escuché sobre el concepto de ecoturismo, en aquel entonces trabajaba para el sector gubernamental en México, tenía mucha relación con productores, artesanos y campesinos de todo el país. Iniciaban proyectos para el desarrollo turístico en comunidades, sitios alejados y entornos paradisiacos; buscando propiciar un producto turístico de interés, “con encanto”, ofreciendo al visitante experiencias inolvidables, gastronomía de temporada utilizando productos endémicos y por qué no, hasta involucrarlos en la elaboración de preparaciones típicas de la zona. Parecía algo extraño, pero muy novedoso.
Hace un tiempo tuve oportunidad de conversar con Estrella Sobrino, una mujer aficionada al enoturismo (turismo vinculado a la cultura del vino y las bodegas). Técnico de empresas y actividades turísticas, emprendedora especializada en alojamientos rurales, Community Manager de negocios rurales y creadora de la comunidad denominada “Los Ruralistas”.
Siendo española, me contó que el turismo rural, surgió en España en los años 70-80´s. El concepto, acercar al turista a ambientes rurales, es decir al campo en dónde se pudiera conocer la forma de vida tradicional, aproximarse a la agricultura, el aprovechamiento de recursos locales, descubrir pueblos o reservas naturales y que a través de actividades relacionadas al entorno (talleres, deportes, degustaciones, manualidades, recolecta de ingredientes, etc.) se vivan distintas experiencias.
Aunado a lo anterior, el turismo rural propicia el crecimiento económico del lugar, permite disfrutar el entorno con la tranquilidad y ritmo del lugar, conocer lugares únicos en los que difícilmente cualquier persona puede visitar, sin masificación, con una atención personalizada, propiciando actividades al aire libre, dando a conocer la cultura local e histórica, impactando el crecimiento económico (nuevas oportunidades de empleo, aumenta el nivel económico a través de la derrama económica que se genera, producción y comercialización de productos locales, mejora de la infraestructura, etc.) local e incluso regional.
En desventaja, el crecimiento exponencial del turismo rural sin regulación o controles convenientes, puede propiciar algunos efectos negativos como: el impacto medioambiental, cambio en las dinámicas sociales, masificación de las áreas rurales, perdida del patrimonio cultural, etc. de manera que la promoción de prácticas respetuosas con el medio ambiente y el empoderamiento de las comunidades locales; deben ser instauradas para el manteniendo del equilibrio entre el desarrollo económico y la conservación del entorno.
Estrella me habló de cómo las redes sociales hoy en día, son una herramienta de comunicación importante para los negocios rurales, ya que a través de ellas pueden posicionarse, segmentar al cliente, fomentar el turismo rural de manera global, buscar nuevas oportunidades, generar un vínculo directo con el visitante previo a su alojamiento, obtener información, noticias y consejos no sólo de quienes ofrecen el servicio, sino de lo mismos usuarios. Hay que destacar que también, propician el reconocimiento de la “marca destino”. Sin embargo, deben ser gestionadas con cuidado para evitar problemas como la masificación y las expectativas poco realistas.
¿Has experimentado el turismo rural?, ¿cuál ha sido tu experiencia? Visitas de fin de semana o más días, recorridos de ida y vuelta, viajando sólo, en pareja, familia o grupo de amigos. Hoy podemos destacar los viñedos, las rutas gastronómicas (queso, bebidas, aceites, frutas, dulces, etc.), pueblos con encanto (“mágicos”, en México), reconocimiento de monumentos históricos, festividades tradicionales, etc. que permitan propociar el turismo sostenible y responsable.
Por Marletza