CIFRAS ALARMANTES EN QUINTANA ROO

 En lo que va del año, hasta el sábado 10 de febrero (41 días), van siete féminas asesinadas, y en 2018 la Fiscalía General del Estado (FGE) registró 80 muertes violentas de mujeres en Quintana Roo, de las que sólo reconoce 27 como feminicidio; las autoridades se resisten a  clasificar esas defunciones correctamente, como lo recomienda la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al gobierno de México: tipificarlo en los 32 estados del país.

La senadora del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Freyda Marybel Villegas Canché (conocida popularmente como La Camaleónica, presentó un punto de acuerdo para implementar acciones apremiantes para detener el incremento de violencia, trata y feminicidios, pues en los últimos cinco meses la Fiscalía ha reportado más de 15 feminicidios.

El incremento de la violencia en Cancún mantiene atemorizada a la población: homicidios, feminicidios y la inseguridad en general han robado no sólo la paz y la tranquilidad, sino el deseo de permanecer en una ciudad cada vez más invadida por el miedo: lo que para la autoridad es percepción, para la población es realidad.

Francisco Rivas Rodríguez, presidente del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), ha reiterado que el problema en Quintana Roo no es sólo de homicidios, sino feminicidios, extorsiones, cobro de derecho de piso y trata de personas, como parte de una red controlada por el crimen organizado que genera miles de millones de dólares al año de ganancias ilícitas.

Otro de los problemas es la infiltración del narco entre mandos y agentes policiales, sobre todo en las corporaciones municipales, en la guerra que libran los cárteles de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación por el control del corredor de venta de drogas Cancún-Riviera Maya, lo que ha detonado un clima de violencia sin precedente.

El “Índice de Paz México 2018” revela que Tijuana encabeza la lista de los municipios más aquejados por la violencia: en total, 12 de cada 10 mil tijuanenses fueron asesinados en 12 meses; le siguen Ciudad Juárez, Acapulco, Cancún, Culiacán y Guadalajara, donde se perpetró al menos un asesinato cada día entre septiembre de 2017 y agosto pasado.

Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNP), en Juárez se abrieron 969 carpetas de investigación por homicidio; en Cancún, 444, y en Guadalajara 395, más de 80 por ciento respecto a 2017 en cada caso, y en 82 municipios de más de 20 mil habitantes fue de 50 por cada 100 mil habitantes en el último año.

Feminicidios

El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio indica que durante 2018 Quintana Roo se consolidó como tercer estado con más feminicidios –no reconocidos por la autoridad como tal–, sólo superado por el Estado de México y Veracruz, además de Nuevo León, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa y Jalisco.

De acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, (Conavim), los estados  de Quintana Roo, Veracruz, Nuevo León, Sinaloa, Guerrero y Jalisco tienen alerta de violencia de género contra las mujeres.

La entidad tiene la alerta desde junio de 2017 para tres municipios –Benito Juárez, Cozumel y Solidaridad–, y a la fecha no ha podido ser retirada… en resumen, Cancún aún no es Acapulco, pero se le empieza a parecer peligrosamente, de acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano.

El problema se registra en seis de los 11 municipios, y según la Fiscalía 60 porciento de los casos se presentaron en julio (10), agosto (nueve), noviembre (12) y diciembre (17); mientras que el restante ocurrió durante el primer semestre del año pasado.

De los 80 homicidios dolosos contra mujeres, 27 fueron catalogados como feminicidios, aunque el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, por medio de su Centro Nacional de Información, destacó que sólo ocho fueron registrados en el periodo, todas fueron halladas en casa-habitación, tanto al interior como al exterior de los domicilios.

Del total, 20 eran casadas y el resto solteras; los resultados criminológicos revelaron que dos fueron asesinadas por arma de fuego o pistolas, y arma blanca o punzocortante; 28.11 por ciento de víctimas eran empleadas y 22.39 amas de casa; 49.51 tenía diversas ocupaciones como meseras, obreras, profesionistas independientes, edecanes.

De acuerdo con el “Mapa de Feminicidios de México”, realizado por la activista María Salguero Bañuelos, feminista, investigadora y científica de datos, en 2016 en Quintana Roo la cifra llegó a 16 muertes, en 2017 se elevó a 27, cifra que se triplicó durante el año recién concluido, y sólo Sinaloa y Yucatán registran todos los asesinatos como feminicidio y no homicidio doloso.

Sangriento

Santiago Roel Rodríguez, director de la organización Semáforo Delictivo, afirma de su lado que la inseguridad en aumento en lugares turísticos es la muestra de que en todo el país se observa un crecimiento en la incidencia delictiva.

La violencia que azota a la zona norte de Quintana Roo –y en general al territorio mexicano– parece no tener fin, fenómeno que de no revertirse podría convertir a 2019, otra vez en el más sangriento de la historia desde que hay registros, realidad presente el puerto más visitados del país, trayendo consigo graves afectaciones al turismo tanto local como extranjero

El deterioro de Quintana Roo no es nuevo, pero se ha acentuado en los dos últimos años: en 2017, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el número de homicidios creció 129 por ciento respecto al año previo, cuando la tasa de homicidio pasó de 12 a 27 por 100 mil habitantes, ubicándose por encima de la media nacional.

En Cancún, los asesinatos casi se triplicaron en 2017 y se han casi sextuplicado desde 2014. La tasa de homicidios se ubica ya en 41 por 100 mil habitantes; para poner las cosas en perspectiva, esa tasa es dos veces y media mayor que la registrada en la Ciudad de México.

La escalada continuó en 2018: 550 personas fueron víctimas de homicidio doloso en Quintana Roo, de acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo, lo que equivale a un incremento de 193 por ciento respecto al año previo.

Hay que añadirle muchos factores: la disfuncionalidad social, el crecimiento demográfico explosivo generado por oleadas sucesivas de migrantes jóvenes, un desarrollo urbano desordenado y excluyente, dependencia casi absoluta de un solo sector económico, dotación insuficiente de servicios de educación y salud.

En resumen, Cancún no es aún Acapulco, pero se le empieza a parecer peligrosamente, alerta el Semáforo Delictivo.

Desviación

Hace semanas, se publicó que la ola de violencia y los índices delictivos habían caído 30 por ciento en el estado de Quintana Roo, y que cuatro municipios estaban considerados como regiones con incidencia de violencia “medio”, según el Plan de Acción de la Estrategia de Seguridad que implementará el gobierno federal por medio de la Guardia Nacional que entrará en funciones en octubre próximo.

Se trata de los municipios de Benito Juárez, según con un nivel de violencia medio, igual que Solidaridad, y Cozumel y Othón Pompeyo Blanco, con un nivel bajo; son los mismos cuatro que curiosamente registran el mayor número de violencia e inseguridad en los últimos años. Incluso, Cancún fue considerada la quinta región más peligrosa e insegura del país.

Llamadas “zonas prioritarias de lucha contra la delincuencia”, son Tijuana (Baja California), Ciudad Juárez (Chihuahua), Acapulco (Guerrero), Tlajomulco (Jalisco), Benito Juárez-Cancún (Quintana Roo), Culiacán (Sinaloa), Irapuato (incluye Silao y Salamanca, Guanajuato), donde l problema es tan extenso que se dividió en dos.

Celaya, San Miguel de Allende y Uriangato, son otras regiones de Guanajuato también incluidas, Monterrey y General Escobedo en Nuevo León, así como Manzanillo (y Tecomán, Colima).

Por Carlos Aguila Arreola / @aguila_carlin