Alerta el Banco Interamericano de Desarrollo sobre posible inflación en el Caribe durante el 2023

Los países del Caribe deben prepararse para los efectos prolongados de los shocks económicos externos en 2023, incluidos los altos precios de los alimentos y los combustibles y el aumento de las tasas de interés internacionales, según un nuevo informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El informe  publicado con el titulo de “Vientos en contra frente a la recuperación pospandémica” advierte que las tasas de interés más altas podrían provocar una desaceleración económica, o incluso recesiones, en importantes mercados de origen para los servicios y bienes importados por los paísesl Caribe.

El impacto dependerá de la estructura comercial de cada uno de los países, así como de los requisitos de financiamiento externo de cada uno, señala el documento.

Entre los hallazgos clave del informe se encuentran que los hogares y las empresas están sintiendo el impacto de los aumentos de precios.

“Aunque la inflación interna ha sido algo menos severa en los países del Caribe, el aumento de los precios disminuye los ingresos reales de los hogares y aumenta los costos comerciales para las empresas”, señala.

Las encuestas en línea del Programa Mundial de Alimentos también sugieren un fuerte aumento de la inseguridad alimentaria en todo el mundo. Caribe.

En este sentido, el informe destaca el aumento de la tasa de inflación anual la cual fue de 8 por ciento a mediados del verano en los países del Caribe incluidos en el informe, con excepción de Surinam, que ha estado lidiando con una alta inflación desde el otoño de 2020.

El asesor económico regional del Departamento del Caribe del BID, David Rosenblatt, expresó su esperanza de que las “desafortunadas condiciones externas mejoren durante 2023”.

“Sin embargo, al igual que con los desastres naturales, siempre es prudente prepararse para lo peor, incluso cuando esperamos lo mejor”, dijo.

Los autores del informe propusieron varias reformas prioritarias, como la atención continua a la consolidación fiscal y la gestión de la deuda en la dimensión macroeconómica e intervenciones específicas para ayudar a los hogares a hacer frente a los efectos del aumento de los precios de los alimentos y los combustibles.

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