Salah Abdeslam, el terrorista más buscado del mundo

Cuatro de los cinco kamikazes de los atentados de París identificados por el momento, además del sospechoso huido, comparten un pasado de pequeños delincuentes que acabaron en posiciones y ihadistas radicales tras haber pasado por Siria.

Es el caso de Salah Abdeslam, supuestamente el único que sigue con vida de los autores de los atentados que provocaron al menos 129 muertos el pasado viernes en seis lugares de París.

Francés nacido en Bélgica hace 26 años y residente en el barrio bruselense de Molenbeek, estaba fichado por delitos de tráfico de estupefacientes, tenencia de armas y violencia.

Tras dos años trabajando en la empresa que gestiona los transportes urbanos de Bruselas, fue despedido en 2011 por sus continuas bajas injustificadas.

Se cree que en 2014 viajó a Siria y en su barrio le consideraban como el más abierto y simpático de los hermanos.

Fue retenido en febrero pasado en un control de tráfico cuando la policía holandesa encontró una pequeña cantidad de droga en el interior del coche en el que viajaba hacia Bélgica.

Salah, que presuntamente alquiló algunos de los vehículos utilizados por los atacantes en los atentados de París, circulaba en compañía de otro hombre, aparentemente uno de sus hermanos, en dirección a Bélgica cuando le paró la policía en la autovía A27 a la altura de Gorcum, en la provincia de Holanda Meridional, informó hoy la agencia ANP.

En el control de tráfico, los datos relativos a Abdeslam no aparecieron en los sistemas policiales, por lo que, tras desembolsar 70 euros de multa, pudo marcharse.

En Bruselas también su hermano Ibrahim Abdeslam, cinco años mayor que él y que accionó su cinturón de explosivos en una terraza del centro de París tras haber disparado a decenas de personas.

Fichado por la policía desde los 14 años por tráfico de estupefacientes, Ibrahim regentaba el ‘Cafe des Béguines’ de Molenbeek hasta que el pasado día 4 fue precintado por un delito de venta de droga.

De carácter violento, fue multado en 1998 por haber agredido a agentes belgas que acudían a desalojar a su familia de la vivienda social que ocupaban.

En los últimos años mantenía vínculos a través de internet con yihadistas del Estado Islámico (EI), según medios belgas.

La Policía belga interrogó a principios de este año a Ibrahim Abdeslam y a su hermano Salah, informó la agencia Belga.

Tras los interrogatorios, la Policía no consideró adoptar medidas contra ellos porque “no daban señales de una posible amenaza”, según informó el portavoz de la Fiscalía federal, Eric Van der Sypt, al mismo medio.

Agregó que Ibrahim Abdeslam, de 31 años “intentó ir a Siria, pero solo consiguió llegar a Turquía”.

Los interrogatorios de los dos hermanos se produjeron a principios de 2015, tras el regreso a Bélgica procedente de Turquía de Ibrahim, a quien únicamente se le consideraba sospechoso de querer desplazarse a Siria.

Sabíamos que se habían radicalizado y que querían ir a Siria (pero) no mostraban señales de una posible amenaza. Incluso si hubiéramos avisado a Francia, dudo que hubieran podido detenerles”, añadió el fiscal.

Las autoridades belgas buscan además de a Salah a otro presunto terrorista que habría fabricado los cinturones explosivos que fueron accionados por los atacantes en los atentados el viernes por la noche en París, según informa hoy el grupo de diarios Mediahuis.

Se trata de un hombre identificado como Mohamed K, nacido en las Antillas y que vivía en Roubaix, en el norte de Francia.

La Policía francesa ha enviado una orden de busca a sus homólogos belgas en relación a esta persona, que es calificada de extremadamente peligrosa por sus conocimientos de explosivos y de sistemas de detonación.

La Justicia sospecha que estuvo en contacto con Salah durante y después de los atentados de París.

LOS OTROS KAMIKAZES

En la sala Bataclan fue encontrado el cuerpo de Ismail Omar Mostefai, nacido hace 29 años en Courcouronnes, al sureste de París, condenado por ocho delitos menores -entre ellos conducción sin permiso y detención por posesión de estupefacientes- entre 2004 y 2010, año en que la inteligencia francesa lo incluyó en un fichero de potenciales radicales.

Distanciado de sus familiares y padre de una niña, Mostefai dejó poca huella en su ciudad natal y en los últimos años había vivido en otras localidades francesas, en particular en Chartres.

Según diversos medios, fue en contacto con un religioso procedente de Bélgica cuando radicalizó sus posiciones, tras lo cual viajó a Siria para recibir instrucción.

En la misma sala de conciertos apareció el cadáver de Samy Amimour, nacido hace 28 años en París y residente en Drancy, al sur de la capital.

Conductor de autobús en París durante un tiempo, tímido, originario de una familia de raíces argelinas no muy religiosa, se radicalizó en la mezquita de Le Blanc Mesnil, al este de París, tras lo cual obligó a su madre y sus hermanas a llevar velo y les impidió ver la televisión.

En 2012 fue imputado por haber tratado de viajar al Yemen. Sin ficha policial hasta entonces, Amimour rompió el control judicial al que le sometieron los tribunales en septiembre de 2013, cuando viajó a Siria.

Su padre fue tras su rastro para tratar de rescatarlo del Estado Islámico, pero se encontró con una persona fría, que apenas le prestó atención, según recogen los medios franceses.

Cerca del Estadio de Francia se suicidó Bilal Hadfi, francés de 20 años residente en Bélgica, en el barrio bruselense de Neder-over-Hembeek, fanático del fútbol hasta que en la primavera de 2014 comenzó a frecuentar ambientes yihadistas radicales.

Tras pasar por Siria, colgó en sus perfiles de las redes sociales mensajes animando a cometer atentados terroristas.

En la puerta del Estadio de Francia también se suicidó otra persona junto a la cual fue encontrado un pasaporte sirio a nombre de Ahmad Al Mohammad, nacido hace 25 años en Idleb y que entró en Europa con un grupo de refugiados a través de la isla griega de Leros en octubre pasado.

Si bien las huellas del pasaporte coinciden con las del kamikaze, los investigadores no tienen confirmada la veracidad del documento.

Faltan por identificar uno de los suicidas del Bataclan y el tercero de los del Estadio de Francia, mientras que el vespertino Le Monde indica que los investigadores no descartan que junto a los hermanos Abdeslam hubiera una tercera persona.(Agencias)