Generar nuevas herramientas para impulsar los esfuerzos de promoción y aumentar las fuentes de financiamiento disponibles fueron algunas de los desafíos que tiene la región del Caribe para cubrir las necesidades de adaptación y mitigación del cambio climático en la región.
Así lo expresó Camillo Gonsalves, Ministro de Finanzas del Banco de Desarrollo del Caribe (CDB) de San Vicente y las Granadinas durante una visita reciente a la sede del Banco de Desarrollo del Caribe (CDB) en St. Michael, Barbados.
“El Cambio Climático es el desafío de desarrollo definitorio del Caribe para nuestra era… tenemos una catástrofe ambiental que no es nuestra creación pero que nos damos cuenta de que no es una prioridad global; para salvarnos vamos a tener que hacer algo de esto por nuestra cuenta, conceptualizando e implementando soluciones”, expresó el también Gobernador de San Vicente y las Granadinas.
Citando el informe más reciente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, indicó que si bien los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS por sus siglas en inglés) y las áreas costeras bajas pueden hacer frente a un cambio de 1.5 grados en la temperatura global, los científicos han afirmado que el aumento superará esta proyección.
“Con cada posible aumento incremental, las cosas van a empeorar. Entre países, posiciones actuales y esperando que suceda algo con la mitigación, tenemos que adaptarnos, tenemos que hacer todo lo posible para que nuestros países sean entregables mientras el la esperanza del mundo vuelve plenamente a sus sentidos. Para hacer eso, necesitamos dinero para uno de los desafíos más costosos que enfrentaremos en términos de desarrollo”, afirmó Gonsalves.
Los 250 mil millones de dólares que los países en desarrollo necesitan anualmente para financiar la adaptación, según lo registrado por el Banco Mundial, es un desafío aún mayor para acceder en el Caribe, donde los estados están muy endeudados y tienen un espacio limitado para pedir prestado.
La Región también se está recuperando económica y socialmente de los efectos de la Pandemia del COVID-19 y varios eventos climáticos, situación aún más aguda en San Vicente y las Granadinas que fue golpeada por una erupción volcánica de nivel 4, inundaciones, sequía y otros peligro.
“La reducción de nuestra carga de deuda es fundamental, el aislamiento de nuestro desarrollo contra las crisis climáticas y nuestros préstamos es fundamental; tenemos que pensar en formas hoy de traer recursos adicionales a la Región para protegernos contra lo que se avecina”, expresó.
En respuesta a su llamado, el presidente del BDC, Hyginus “Gene” Leon, indicó que la institución ha desarrollado el Ajustador de la duración de la recuperación (RDA), una herramienta que el Banco espera pueda posicionar mejor a los países del Caribe para acceder a financiamiento y concesiones para apoyar la recuperación y la resiliencia, así como para construir y soportar mejor los impactos de las múltiples amenazas que acechan a los países y economías de la Región.
“El uso de criterios convencionales del PIB para otorgar acceso a fondos limita el progreso de la Región. Tenemos que cambiar esto y decir que nuestro impulso de desarrollo y nuestras operaciones deben basarse en la capacidad de resiliencia interna de los países”, dijo León.
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