La leyenda de la llorona ya es considerada patrimonio nacional intangible, y rebasa fronteras, incluso se conoce su aterradora historia en Chile y Argentina, habiendo personas que aseguran haber escuchado sus lamentos en aquella lejana Sudamérica.
Pero como todo tiene un principio, y así como muchas de las creencias y supersticiones tienen origen en la época prehispánica, en aquellas civilizaciones que para muchos quedó en el imaginario de la época moderna, esto no quiere decir que no nos haya dejado huella en nuestras costumbres.
El origen
Esta famosa leyenda tiene su origen específico con los mexicas, y originalmente la historia no era como se relata hoy en día, en realidad es un poco más “divina” y se trataba de la diosa Tenpecutli, que purgaba una pena por ahogar a sus hijos en un río, esta diosa era realmente hermosa y dentro de sus habilidades estaba el poder de cambiar su rostro por el de un animal si se le veía a los ojos, tal y como lo hacen los nahuales.
Aunque no se habla mucho de este personaje para relacionarla con la llorona que se conoce hoy en día, pues con la llegada de los españoles la leyenda cambió casi por completo, se adaptó a la realidad social que se vivía en ese momento y la llorona perdió su nombre como diosa y todo su poder, la convirtieron en humana y fue traicionada por los españoles.
La Leyenda
En los tiempos de la invasión española había una mujer mexica muy bella que en algún momento se enamoró de un español que tenía riquezas y tierras, mismas que se la habían arrebatado a los nativos, con gran habilidad prometió todo lo que poseía a la joven mujer, diciéndole que la amaba y que sólo tendría ojos para ella, el tiempo pasó y ella cada día se enamoraba aún más, hasta que llegó el momento de tener hijos, en total tuvo tres, fue entonces cuando todo cambió.
El hombre ya no era cariñoso y cada vez se alejaba más de ella y sus hijos, al pasar los años llegó el momento en el que el despiadado hombre decidió abandonarla, pero ella no quería perder aquel amor y le rogó para que no la abandonará, fue entonces cuando el le dijo que la dejó de amar desde el momento en el que tuvo hijos, pues la quería para el solo.
La mujer perdió la razón y culpó a sus pequeños hijos, y en un arranque de ira y despecho decidió llevar a sus hijos al río del pueblo y fue cuando tomó la decisión que marcaría su vida y la de toda una nación, sin pensarlo sumergió a sus tres pequeños sin importarle los movimientos de desesperación que hacían los niños sólo los hundía más y más, hasta que dejaron de moverse, ahí los dejó para que la corriente se los llevara junto a su dolor.
Después del terrorífico acto se fue a buscar a su amado para darle la buena noticia, ya no era madre, ya no tenía hijos, el hombre aterrorizado la rechazó y la maldijo por matar a sus hijos, además de confesarle que ya tenía otra mujer y que no pensaba abandonarla.
La mujer enloquecida recapacito por lo que había hecho y entró en un inmenso remordimiento por haber matado a sus hijos, fue corriendo hasta el río para buscarlos pero ya no estaban, fue en ese momento cuando empezó su peregrinar lleno de pena, había perdido a las únicas personas que la amaban de verdad.
El tiempo que le quedó de vida lo paso recorriendo las calles y pueblos con la mirada perdida y gritando con mucho dolor ¡mis hijos!, ¿dónde están mis hijos? , incluso después de su muerte hay quienes aseguran que su alma siguió penando la pérdida de sus hijos.
Esta fue una versión de la leyenda de la llorona, que es de las más conocidas en Latinoamérica, aunque en cada región hay ciertas diferencias.
Este artículo fue publicado originalmente en Pregrineros.worpress.com y se reproduce con permiso de su redactores. Para leer el artículo original, visita: https://peregrineros.wordpress.com/2021/09/17/la-leyenda-de-la-llorona-la-locura-del-amor/
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