El vino es cultura, historia, gastronomía, una bebida que ha acompañado al hombre a lo largo del tiempo. William Álvarez, sommelier con experiencia de más de 25 años dice que: “para saber de vinos, hay que probar muchos”. Originario de La Gomera en Islas Canarias, España creció en una familia de vinicultores por lo que desde muy corta edad ha estado involucrado en el sector.
El vino es considerado en estos días como un producto alimenticio, además de “un ser vivo” aún ya embotellado. Su consumo mesurado ha sido parte de estudios que denotan grandes beneficios para el organismo: es antioxidante, ayuda a la circulación, retrasa el envejecimiento, reduce el riesgo de infartos, diabetes y artritis, aumenta la libido, además; previene el deterioro de la memoria.
Se obtiene de la fermentación de la uva, no de otros frutos. Primero se consigue un “mosto” para seguir su proceso de fermentación -hay un punto en este proceso que sube la temperatura, parece que hierve y se le denomina “caldo”, dice Álvarez-, guarda en barrica y luego se embotella. Su conservación es muy importante.
Los vinos se catalogan de muchas maneras, por el tipo de uva o uvas con que se producen, por la región de estas (obteniendo la denominación de origen), por el tiempo en barrica (joven, crianza, reserva, gran reserva), según el contenido de azúcar, por su color. ¿Has escuchado o probado algún vino verde, naranja o azul?
En la actualidad la tradición de la denominada fiesta de la vendimia se sigue viviendo a nivel mundial como experiencia, pero el “pisado de la uva, ya no se realiza”, se utilizan prensas manuales en el caso de los vinos orgánicos.
El vino es símbolo de celebración ya que está ligado a la alegría, inmortalidad, abundancia, es aspiracional, denota triunfo y vida, por mencionar algunos. Su consumo históricamente ha estado vinculado a la realeza, al lujo. También, tiene gran significado religioso para algunas doctrinas.
Los factores principales por tomar en cuenta para la producción del vino son: tipo de uva, altitud, terroir o terruño y condiciones climatológicas. Para que de un viñedo se pueda producir vino deberán pasar de 3 a 5 años. La planta de la vid tarda en reponer sus frutos, un año.
Así que atrévete a probar vinos, consume vinos, disfruta de ellos y recuerda que no hay hora ni día para descorchar una botella y compartir con tu pareja, familia o amigos.
¿Tienes algún vino favorito?, ¿los prefieres tintos, blancos, espumosos o rosados? ¡Cuéntanos!
Por Marletza