El Dalai Lama nos hace reflexionar con sus palabras sobre nuestra madre, nos explica que los seres humanos aprendemos la bondad y la compasión de ella, la bondad se siente en una paz interior, es un antídoto contra la ira, los celos y el miedo, gozar de paz mental nos lleva una vida feliz.
Si la madre es aquella persona que nos enseña a ser personas, todas deberían de tener derecho a la educación, derecho a ser escuchadas, a ser amadas y sobre todo a ser respetadas e incluidas en la sociedad.
Las mujeres indígenas de nuestro país, México, sufren discriminación y pocos recursos para salir adelante, las niñas en situación vulnerable en su mayoría dejan la escuela en secundaria, otras son objeto de embarazos adolescentes por falta de información, o de violencia intrafamiliar y por supuesto de violencia de género.
La cifra de feminicidios aumenta año con año en México, siendo el primer país a nivel mundial en cualquier tipo de violencia, física, psicológica, sexual, de género, por orientación sexual, laboral, acoso escolar, violencia económica…
Las niñas y mujeres sin oportunidades , sin apoyo, sin educación se ven en la necesidad de “aguantar” a su agresor.
Pongamos fin a esta violencia, todos podemos hacer algo en favor de políticas públicas resilientes, políticas públicas que protejan desde lo civil hasta lo jurídico a las mujeres mexicanas, ¿Cómo?, DENUNCIANDO malos tratos y violencia.
Si la madre es aquella persona a la que más queremos y respetamos, protejámosla.
Todo el año es su día, pues no solamente son madres el 10 de mayo.
Oportunidades de desarrollo, de capacitación, de información, acceso a la educación deben ser prioridad para las mujeres, no las descuidemos más, armémoslas y velemos porque se cumplan sus derechos como parte fundamental de su felicidad y la de su familia.
Feliz año 2021 a todas las madres mexicanas. ¡Celebrémoslas día a día!
Lic. Claudia Elena Díaz Lozano