La constructora “Villa Maya” edifica un conjunto habitacional en el “Polígono Sur” mientras que según datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en Quintana Roo, la devastación, el crecimiento urbano, los incendios forestales y los fenómenos naturales han provocado la pérdida de casi 80 por ciento de jungla en Cancún, y alrededor de 10 mil hectáreas del mismo ecosistema al año en la entidad.

La vicepresidenta del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Haydé Saldaña Martínez, hizo la denuncia y comentó que es preocupante el atentado contra el medio ambiente, sobre todo en cuestiones de flora y fauna.

Explicó que les llegó una denuncia ciudadana del Polígono Sur, específicamente de Jardines del Sur, donde una constructora está devastando un bosque, cuyos animales se han albergado en un rectángulo inferior a 500 metros, donde cohabitan coatíes, soreques y tucanes, entre otras especies.

Para obtener los permisos de construcción, cualquier empresa debe acudir a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), donde se entrega la Manifestación de Impacto Ambiental (mia), donde se registran las especies de flora y fauna presentes en el lugar, y una estimación del impacto.

En caso de ser considerable se necesitaría la autorización condicionada con obligaciones como la reubicación de poblaciones afectadas, repoblación de flora y fauna en un lugar distinto que permita la protección de los individuos.

También es obligatorio exhibir las licencias de construcción emitidas por la autoridad municipal, que debe exigir antes de proporcionarla la mia y la autorización de la Semarnat para impactar el medio ambiente.

La también activista Saldaña Martínez añadió que ignora qué se hará para reubicar a los ejemplares de fauna afectados. Es una Tajamar en pequeño y da mucha tristeza ver a los animalitos, “sentí horrible ver cómo se acercan con miedo para tomar el alimento que los ciudadanos les ofrecen”.

En ese sentido, la política cancunense se manifestó contra un Tajamar dos y exigió a la autoridad municipal, María Elena Hermelinda Lezama Espinosa, mejor conocida con el seudónimo de Mara Lezama, y al director de Desarrollo Urbano y Ecología, Armando Lara de Nigris, no dar más autorizaciones para dañar los recursos naturales.

Los ambientalistas se enfocan a la mina de oro, y dejan de lado la periferia porque ahí no hay dinero; en casos como los del norponiente de la ciudad, a la altura de Prado Norte y Paseos del Mar, y en el polígono sur Gran Santa Fe III y Jardines del Sur IV.

“La cuestión es un poco compleja porque desafortunadamente es gente muy radical, que no tiene propuestas ni aportaciones para la conservación, menos conocimiento ni de biología ni de conservación y son mal dirigidos, por lo general son amas de casas, personas románticas comprometidas con el medio ambiente, pero que no saben nada”, consideró.

De su lado, Adriana Martínez Molina, arquitecta y delegada del Colegio de Urbanistas de México, señala que el de los ambientalistas es un tema complicad; los desarrolladores tiran todos los árboles y luego siembran unos de 15 centímetros, con mia’s hechas a modo que sólo dan pie a seguir devastando la selva y continuar el crecimiento de la ciudad.

“En Puerto Cancún y Tajamar el ecocidio fue el mismo –recordó–, pero en uno reaccionó la gente y en el otro no. En Malecón la gente se apropió del espacio y provocó que los ambientalistas lo defiendan como suyo; al ser una ciudad que no ofrece espacios como ese, la gente sigue permitiendo a devastación de Cancún, y eso es un tema social”, opinó.

Por Carlos Aguila Arreola / @aguila_carlin