El ciberacoso o ciberbullying ha tenido un impacto en los y las adolescentes muy fuerte durante esta pandemia.
El año 2020 nos ha dejado enseñanzas que no debemos olvidar, el ciberacoso se ha incrementado y muchos padres de familia y cuidadores no tienen idea de lo que está sucediendo en casa, algunos niños, niñas y adolescentes se han sentido seguros dejando a su agresor o agresora lejos de casa, ya que su campo de acción de violencia, maltrato y abusos se limitaba a la escuela, ( bullying o acoso escolar), pero con el ciberacoso las víctimas están presas del agresor 24/7.
No hay modo de escapar, no hay modo de correr, de huir.
El ciberacoso es toda aquella agresión perpetrada por medio de dispositivos electrónicos como, teléfono inteligente, tableta o computadora, mediante redes sociales, mensajería y videojuegos en línea.
Los cambios en la víctima son evidentes, dejan de comer o comen en exceso, no se quieren asear, cambios de humor drásticos, pierden interés por lo que les gusta hacer, no permiten que los padres o cuidadores revisen su teléfono celular y no se separan del dispositivo ni para ir a dormir.
Los padres de familia o cuidadores deben de estar muy atentos a las autolesiones o tristeza profunda ya que son signos inequívocos que algo sucede.
La buena comunicación y confianza entre padres e hijos es la única forma de saber lo que sucede con los menores, acércate a ellos, no los juzgues, la comunicación sana y asertiva es fundamental para poder ayudar al menor con una situación de ciberacoso.
Por Lic. Claudia Elena Díaz Lozano autora de cuentos infantiles sobre el tema de editorial Timon Educación
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