Ayer, en una celebración vibrante y llena de emociones, Quintana Roo conmemoró su 50º aniversario como Estado Libre y Soberano. Un estado joven, sí, pero que en sus entrañas guarda las huellas de un pasado milenario marcado por la cultura maya. Este lugar, donde la selva se entrelaza con el mar y la historia, es más que un destino turístico; es mi hogar, y te invito a honrarlo, a reconocer que ha sido forjado por personas de diversas partes de México y del mundo, verdaderos guerreros que buscaban abrirse paso hacia este paraíso tropical.
Quintana Roo, oficialmente el Estado Libre y Soberano de Quintana Roo tuvo su inicio como Territorio Federal en 1902. Desde entonces, su viaje ha sido fascinante, repleto de desafíos y logros. Su capital, Chetumal, y su ciudad más poblada, Cancún, son testigos del desarrollo de una región que, aunque joven, se ha convertido en un símbolo de transformación y esperanza.
La historia de Quintana Roo está profundamente arraigada en la cultura maya, cuyos vestigios aún sobreviven en yacimientos arqueológicos como Cobá, Muyil,Chacchobén, Chakanbakán, Chamax, Dzibanché, Ichpaatán, Kohunlich, Oxtankah, Tankah, Tulum y Xel-Há. Estos lugares nos recuerdan que, mucho antes de que este estado fuera reconocido oficialmente, la tierra estaba viva con la historia de un pueblo que sabía construir ciudades en armonía con la naturaleza. En cada piedra y en cada palabra maya que escuchamos, resuena la sabiduría y la fortaleza de aquellos que habitaron estas tierras.
Durante el siglo XIX, las tensiones en la Península de Yucatán eran palpables. Los mayas, en resistencia ante circunstancias adversas, luchaban por mantener su herencia cultural frente a un sistema que intentaba subyugarlos. El presidente Porfirio Díaz miró hacia la región con interés económico y político, buscando controlar la frontera con Belice y explotar los recursos naturales de una tierra tan fértil como rica en historia. Así, el 24 de noviembre de 1902, se creó el Territorio Federal de Quintana Roo, marcando el inicio de una nueva era para la región.
Con el ingeniero Aarón Merino Fernández como gobernador, iniciado por el presidente Adolfo López Mateos, Quintana Roo comenzó a reconstruirse tras el devastador huracán Janet de 1955. Chetumal estaba en ruinas; su población había huido y la ciudad, una sombra de lo que había sido. Sin embargo, Merino Fernández no solo reparó edificios; hizo posible la creación de infraestructura que sentaría las bases para el futuro. La instalación de redes de agua potable, drenaje y servicios telefónicos fue un paso significativo hacia la modernización de lo que pronto se convertiría en un estado próspero.
En la década de 1970’s, la orientación económica de Quintana Roo dio un giro sorprendente con el surgimiento de la industria turística. Las playas de arena blanca y las aguas turquesas comenzaron a atraer a turistas de todo el mundo. El decreto del presidente Luis Echeverría en 1972, que declaraba a Quintana Roo como zona libre, facilitó este proceso. El sueño de un nuevo futuro se materializaba en Cancún, un destino que pasaría de ser un conjunto de palmeras y arena a convertirse en un ícono del turismo mundial.
El camino hacia la autonomía fue arduo, pero el 8 de octubre de 1974, Quintana Roo se elevó a la categoría de Estado Libre y Soberano, cumpliendo con los requisitos de población y desarrollo económico establecidos por la Constitución Mexicana. Fue un momento de unión, donde hombres y mujeres de todos los rincones del estado celebraron la vida, la cultura, y el amor por su tierra.
Tres meses después, el 12 de enero de 1975, se promulgó la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo, un documento que establece los principios fundamentales que guían esta joven entidad. Con el correr de los años, la historia de Quintana Roo continuó escribiéndose con letras de oro, atravesando desafíos políticos, sociales y naturales, siempre con la esperanza de un mañana mejor.
Hoy, en este nuevo capítulo, celebramos no solo los cincuenta años como estado, sino también la elección de nuestra primera gobernadora, Mara Lezama. Ella dirige el estado con un enfoque humanista y feminista, empoderando a las voces que durante tanto tiempo han sido silenciadas. Su liderazgo es un reflejo del avance en la lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres, lo cual se complementa con la presencia de Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México, marcando tiempos de cambio y reinvención.
Quintana Roo no es solo un lugar en el mapa; es un crisol de culturas, historias y sueños. En sus calles, en sus pueblos y en sus paisajes se encuentra el eco de quienes llegaron en búsqueda de un nuevo comienzo, de un espacio donde las esperanzas florezcan como las flores del campo. Hoy, te invito a descubrir, celebrar y honrar todo lo que Quintana Roo representa. No es solo un destino turístico, es parte de la identidad de millones, un hogar lleno de vida, amor y resiliencia.
Cada año, cuando celebramos su aniversario, recordamos que Quintana Roo es, y siempre será, un testimonio del espíritu humano, de la lucha constante por ser libres y soberanos en nuestra propia tierra. Celebremos juntos esta historia que continúa escribiéndose, que sigue floreciendo y que siempre tendrá la puerta abierta para quienes vienen a visitar, aprender y enamorarse de este maravilloso rincón del mundo.
Por Talina González
Video y fotos: Gobierno Quintana Roo
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