Seguro que usted pensaba que ya lo había visto todo, en esta administración, como marchas fifi’s, decretazos, abrazos o balazos, entre otras cosas; pues no es así.
Recientemente, las diferencias entre el poder ejecutivo y el judicial son totalmente publicas y abiertas. En diferentes ocasiones, el presidente ha mencionado el exceso de poder por parte del poder judicial. Menciona sus altos salarios, el que no se asigne por vía del voto popular, pero sobre todo estar a merced y sumisión de la clase privilegiada.
En sentido contrario, el poder judicial, se mantiene en su soberanía y equilibrio frente al ejecutivo y legislativo. Para muestra de lo anterior, recientemente, el partido en el gobierno impulsó varias reformas en las leyes, las cuales fueron cuestionadas, así como detenidas por parte de la suprema corte. Estos cambios se realizaron en “fast track”, lo que cual fue pretexto suficiente para no dejarlas pasar.
Sin lugar a dudas, por parte de opositores, un triunfo para detener la arbitrariedad en la forma de gobernar desde su punto de vista. La suprema corte de la justicia, demuestra autonomía y realiza su trabajo apuntándose un beneplácito a favor, sobre todo por aquellos que están en contra del proyecto de transformación de la nación.
Así, que la digitalización y la tecnología sale a relucir para cambiar opiniones. WhatsApp podría estar considerada una red social para algunos, sin embargo, sigue manteniéndose como un mensajero de alta gama y utilizado por millones de usuarios en el mundo.
Esta aplicación, fue la que uso la ministra presidenta Norma Piña, para contactar a Alejandro Armenta, presidente de la mesa directiva del senado.
Así que, increíble pero cierto. En conferencia de prensa, el morenista exhibe una presunta conversación de la presidenta ministra, con “supuestas amenazas”.
Obvio, inmediatamente la opinión pública desacredito semejante conferencia y declaraciones, por parte del senador poblado.
“Sin embargo, se mueve”, dice la vieja frase. Pues resulta, que Norma Piña Hernández, vía escrita, reconoce que ella es la responsable de dicha conversación vía WhatsApp.
Así para la historia y la digitalización de la política. Las armas hoy en día están en las aplicaciones y la comunicación fugaz e inmediata. El extremo de las emociones y la reacción para mandar un mensaje, hoy demuestran que pueden cambiar la vida publica.
La oposición se quedó con amargo sabor de boca, lo que antes aplaudía, hoy no tiene como defenderlo. Desesperación, los tiempos políticos para un cambio sexenal avanzan y, con esto, la cuarta transformación se cuelga un acierto.
Y como todo tiene continuación, por ahí se dice que esto traerá más por atrás, por que nadie se puede equivocar tan cándidamente. ¿Será cierto?
Por Daniel Molina @DanMSocial
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