Playa del Carmen y Cancún se ubican entre las primeras cinco ciudades del país con más adictos menores y adolescentes al alcohol y mariguana, así como a la “nueva moda” de consumo de jarabes y tranquilizantes, y empieza a haber brotes de niños con un uso muy alto, reveló la directora del Centro de Integración Juvenil (CIJ), Lilliam Negrete Estrella.
Cuando se escucha hablar de adicciones, posiblemente se piense en drogas como la cocaína, el crack (coca cocinada), la heroína, la mariguana, el alcohol o el tabaco, y pocas veces se asocian con medicamentos; el uso abusivo, un problema que está creciendo.
A nivel nacional, “los casos fatales de sobredosis de medicamentos de venta con y sin receta están aumentando, y los medicamentos con estupefacientes o sustancias sicotrópicas, o ambos, son incluso la droga preferida en muchos casos y no se consumen en sustitución de otras sustancias”, de acuerdo con la sicóloga de profesión.
De acuerdo a los datos más recientes disponibles, los de la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) de 2012, el número de personas que había usado drogas médicas de manera abusiva al menos una vez, era de 845 mil 561, de los que 399 mil 847 eran hombres y 445 mil 714 mujeres, de entre 12 y 65 años.
Las cifras, según el mismo estudio, son equiparables a las reportadas para el consumo de cocaína: habían consumido cocaína 857 mil 766 personas; es decir, una diferencia de apenas 12 mil 205 personas.
Lilliam Negrete sostuvo que el problema del abuso de sustancias farmacológicas es complejo, y aunque los motivos son múltiples, todos tienen las mismas consecuencias desafortunadas: casi todos los medicamentos no son dañinos si se les administra bajo estricto control médico y para que incluso los efectos secundarios sean los mínimos posibles.
“Hay medicamentos que al igual que las drogas provocan distintas alteraciones: placer, euforia, somnolencia, vigor, tranquilidad, calma, bienestar, pero también debilitan física y mentalmente, causan trastornos en el funcionamiento normal de distintos órganos y sistemas del cuerpo, y su abuso puede poner en riesgo la calidad de y la vida misma.”
Y un dato muy agresivo: quienes se inyectan heroína, fuman tabaco o beben alcohol de manera rutinaria conocen los graves peligros a los que se exponen; sin embargo, es muy posible que los adictos a un medicamento no sepan de las graves consecuencias del abuso.
“Los analgésicos, anestésicos, estimulantes y sedantes son medicamentos cuyo consumo excesivo puede conducir a una adicción tan peligrosa como la de las drogas y el alcohol.”
Dependencia
En tanto, Alfredo Hatchett Anaya, coordinador de Tratamiento y Rehabilitación del CIJ-Cancún, señaló que entre los medicamentos de los que más se abusa están los analgésicos “porque ayudan a calmar el dolor”.
Los primeros accesibles a todos fueron las famosas aspirinas o tabletas de ácido acetilsalicílico, que revolucionaron el uso de los medicamentos y que se comenzaron a obtener con mayor facilidad. Al inicio se administraban bajo supervisión médica: luego comenzó a venderse sin receta y al alcance de cualquiera que sintiera que la necesitaba.
“Uno de los problemas que ha suscitado el fácil acceso es que la autorreceta al sentir dolor. Pero es la manera que tiene el cuerpo de avisarnos que algo anda mal en el organismo; si nos quitamos el dolor de cabeza con un analgésico y éste no se debe a algo circunstancial como el cansancio o estrés, puede ocurrir que la causa sea más grave.”
El uso indiscriminado de medicamentos puede llevar a que cada vez se necesite una cantidad mayor, lo que conduce a la tolerancia al medicamento, y hay quienes con el tiempo van requiriendo una dosis mayor en periodos cada vez más cortos: su cuerpo se acostumbró a la sustancia y requiere cada vez más cantidad para alcanzar el efecto deseado.
Los analgésicos opiáceos incluyen morfina y codeína, y deben consumirse por prescripción médica, pues si no pueden provocar una fuerte adicción. Ambas sustancias actúan sobre el sistema nervioso y el cerebro provocando euforia, pero a dosis altas causan depresión respiratoria, y jamás deben consumirse con alcohol.
“Junto a los analgésicos vienen los anestésicos, cuyo abuso produce alucinaciones y amnesia, y pueden ocasionar una gran relajación que podría convertirse en una pérdida del control muscular, incluso del aparato respiratorio, y matar a quien la consuma sin medida.”
La directora del CIJ en Cancún presentó el manual Lo que hay que saber sobre drogas, una herramienta dirigida los medios para que “puedan hacer un trabajo preventivo eficaz, concreto y que además, basado en un método científico, proporcionen a la población información adecuada y actualizada”.
Por Carlos Aguila Arreola / @aguila_carlin
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