Por Carlos Aguila Arreola
@aguila_carlin
El boicot de turoperadores de Quintana Roo a Chichén Itzá provocó una caída de hasta 30 por ciento en el volumen de turistas transportados, lo que obligó al gobernador Mauricio Vila Dosal a enviar a su jefe de despacho y a su secretario particular a entrevistarse con el empresario Sergio González Rubiera, promotor del bloqueo.
En charla con La Jornada, el presidente en Cancún de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), explicó que para compensar el aumento de casi ciento por ciento en la tarifa de ingreso a la zona arqueológica, el Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos de Yucatán (Cultur) ofreció un paquete de incentivos.
El directivo recordó que el bloqueo sólo duró seis días, hasta el pasado sábado 19 de enero, a petición del gobierno de Yucatán por la afectación que le significó, pues siete de cada 10 turistas que se movilizan a la zona arqueológica, una de las siete maravillas del mundo moderno, procede del estado de Quintana Roo, y en especial de la ciudad de Cancún.
El bloqueo tuvo su origen en el incremento de precios –el doble para los extranjeros– para ingresar a Chichén Itzá (190 kilómetros al oeste-suroeste), que entonces calificó como “indiscriminado y exagerado”, y que la respuesta del gobierno yucateco, de aplazar la aplicación del 1 de enero al 1 de febrero, fue sólo una burla
El gobierno de Yucatán incrementó de 242 a 480 pesos el costo a turistas extranjeros para acceder a la zona arqueológica; el incremento es de casi el ciento por ciento. Con el aumento, Cultur espera captar 300 millones de pesos anuales por entradas a las ruinas yucatecas.
González Rubiera actualizó las cifras: se esperaba que se dejaran de vender 10 paquetes diarios y sólo fueron tres; las pérdidas las cifró en 120 mil pesos y quedó en 36 mil por día, y hasta tres cuartos de millón de pesos semanales… sólo fueron alrededor de 200 mil que dejó de ingresar el gobierno de Yucatán.
Tampoco fueron los tres mil turistas extranjeros que se previeron desviar, todo quedó en 900 que fueron llevados a las ruinas de Quintana Roo, como Tulum y/o Cobá, por parte de los turoperadores quintanarroenses, tomando en cuenta la anterior tarifa de ingreso, que aún se mantiene en 242 pesos.
González Rubiera aseguró que el levantamiento del boicot está sujeto al cumplimiento de un paquete de incentivos económicos para las agencias que comercializan el sitio arqueológico y que sería entregado la próxima semana –una vez que el gobernador yucateco regrese de la Fitur– y que será puesto a consideración de los socios de la AMAV.
Es decir, el bloqueo de los transportistas turísticos se levantó, pero se volvería a implementar si el ofrecimiento no es el esperado.
El paquete será propuesto por el Patronato Cultural y Turístico de Yucatán, y será puesto a consideración de los socios de la AMAV-Cancún, cuyo titular se dijo satisfecho hasta ahora, “pero falta checar qué es lo que ofrecen, po lo que las negociaciones se mantienen abiertas”.
Y no es el único ofrecimiento que hizo el gobierno de Mauricio Vila: otro compromiso a mediano plazo es mejorar sustancialmente la infraestructura de servicios, sobre todo en lo que se refiere a los baños y el parador turísticos de la zona arqueológica.
Y un tercer compromiso contempla la reubicación de los centenares de vendedores ambulantes que se mantienen en los alrededores y el acceso principal a las ruinas arqueológicas de Chichén Itzá.
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