En días pasados, la Mantequería se convirtió en el escenario ideal para la celebración del Festival Climats 2024, un evento exclusivo diseñado para unir a los apasionados del vino con sus productores. Organizado por Tanguy de Bodinat de Climats y la sommelier Carolina Martínez Hobart, este festival no solo ofreció una experiencia de degustación única, sino que también sirvió como una plataforma para dar a conocer la vasta gama de vinos importados por su compañía, a lo largo de los años, tanto para clientes particulares como restauranteros.
El formato walk-around del festival permitió a los asistentes degustar una variedad de vinos en un ambiente distendido y acogedor. Cada invitado recibió una copa de obsequio Riedel, cortesía de los anfitriones, que fue utilizada para disfrutar de los vinos que representaban a diversos productores de renombre. Complementando esta experiencia, los restaurantes aliados como Onora, Kogure y Chavito Bien Taqueria ofrecieron exquisitas viandas que realzaron la experiencia gastronómica de la noche. Para finalizar, los asistentes se deleitaron con carajillos elaborados con Café Ictze, que presentó un café del Estado de Oaxaca, perfecto para acompañar la mixología del evento.
Productores Destacados
El festival contó con la presencia de varios productores internacionales, cada uno con una rica historia y compromiso con la calidad en sus respectivas regiones.
Jean Jacques y Julien Bonnet, dueños de Domaine Bonnet Huteau, representaron la tradición vitivinícola de la región de Muscadet, situada en la Loire. Este viñedo histórico, que ha estado en funcionamiento durante más de 150 años, se extiende a lo largo de 40 hectáreas donde la familia ha cultivado la uva estrella, Muscadet. Los Bonnet se enfocan en una viticultura respetuosa con el medio ambiente, aplicando prácticas de Agricultura Biológica y biodinámica. A través de parcelaciones cuidadosas y bajos rendimientos, logran expresar la mineralidad única de su terruño, que abarca formaciones geológicas como gneis, micaschiste y granito.
Por su parte Angéline Templier, propietaria de Champagne J.Lassalle, ofreció una perspectiva fascinante sobre la producción de champán en el corazón de Montagne de Reims. Desde su fundación en 1942, esta casa ha sido dirigida por tres generaciones de mujeres dedicadas a honrar el legado familiar. La finca, que abarca 60 parcelas en premier y grand cru, produce anualmente alrededor de 150,000 botellas de vino espumoso. Su mezcla de uvas, que incluye principalmente Meunier, Pinot Noir y Chardonnay, proviene de vides que tienen entre 35 y 55 años de antigüedad. Con un fuerte compromiso hacia la sostenibilidad y el respeto por la naturaleza, Angéline continúa innovando mientras preserva la rica tradición de su familia.
Las hermanas Letizia y Eleonora Fenocchio, propietarias de Azienda Giacomo Fenocchio en Piemonte, han llevado la herencia de su familia a nuevas alturas desde 1864. La bodega es reconocida por su dedicación a la elaboración de Barolo, utilizando métodos tradicionales y un enfoque artesanal. Sus viñas, ubicadas en colinas inclinadas con suelos arcillo-calcáreos, permiten producir vinos de gran expresión. La cuvée más emblemática de la bodega es un Barolo reserva, que pasa por un proceso de maceración prolongado y añejamiento en foudres, además de experimentar con la producción de un vino naranja a partir de la uva Arneis. Este enfoque distintivo resalta el compromiso de la familia Fenocchio con la calidad y la autenticidad.
Por último, Fabian Fleckenstein, director de ventas de Weingut Bürklin-Wolf, presentó la herencia de esta bodega, que data de 1567 y se ha consolidado como una de las más influyentes de Alemania. Bajo la dirección de Bettina Bürklin-von Guradze, la bodega adoptó un enfoque moderno al cultivo biodinámico, manteniendo el espíritu de sus antepasados. Su misión es producir Riesling de la más alta calidad en armonía con la naturaleza, presentando la diversidad del terroir alemán. Gracias a estas prácticas, los vinos de Bürklin-Wolf han alcanzado niveles de reconocimiento internacional, destacándose por su extraordinaria calidad.
El Festival Climats 2024 no solo fue un espacio de intercambio y aprendizaje, sino también una celebración de la pasión compartida por el vino. Se trató de una velada creada para aquellos que buscan opciones diferentes y vinos de calidad, donde cada sorbo cuenta una historia y cada productor comparte su legado. La atmósfera de camaradería y la oportunidad de conversar con los viticultores crearon un sentido de comunidad entre los asistentes.
Al finalizar la noche, los visitantes se marcharon no solo con una mayor apreciación por los vinos que probaron, sino también con la promesa de regresar a la Mantequería para futuros eventos que continúen elevando la cultura del vino en la región. El festival reafirmó la relevancia de contar con espacios donde se celebren las tradiciones y se fomente el diálogo entre productores y consumidores, asegurando que el amor por el vino siga prosperando en el futuro.
En resumen, este festival se erigió como una experiencia memorable, una cita obligada en el calendario para todos los entusiastas del vino y una plataforma esencial para productores comprometidos con la excelencia.
Por Talina González
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