El pasado viernes 21 de marzo, tuve el privilegio de asistir al aclamado evento Fashion Frenzy, dirigido por el extraordinario René Malacara, en el espléndido Hotel Breathless Riviera Cancún. Desde el primer momento, la atmósfera se cargó de una energía vibrante que anticipaba un espectáculo memorable, y no decepcionó.
A las 7 de la tarde, la pasarela se iluminó con el despliegue de colecciones fascinantes. Comenzando con los trajes de baño y salidas de playa de la talentosa Natalia Oropeza, cada pieza era un homenaje a la elegancia y la feminidad. Las siluetas fluidas y los estampados vibrantes capturaron la esencia del verano, invitándonos a soñar con días soleados en la costa. Cada diseño estaba pensado para resaltar la belleza de quienes los lucen, llevando el concepto de moda playera a nuevas alturas.












Los accesorios de Gustavo Helguera fueron otro punto culminante de la noche. Sus creaciones, espectaculares y llamativas, no complementaban las colecciones, eran las protagonistas por derecho propio. Helguera es un maestro en la fusión de materiales y formas, cada pieza contaba una historia y añadía un toque de distinción. La visión de Helguera creó un efecto visual impresionante que iluminó aún más la pasarela.














Uno de los momentos más esperados fue la presentación del diseñador yucateco David Salomón. Sus caftanes a rayas son una obra maestra de la confección, presentando cortes que abrazan y realzan la figura latina de manera excepcional. Cada prenda parecía haber sido diseñada con un amor profundo por la diversidad del cuerpo, asegurando que cada mujer se sintiera segura y espectacular. La forma en que Salomón capta la esencia cultural de nuestra región y la traduce en moda es realmente inspiradora.


















El desfile continuó con el arte en moda de Gustavo Pucheta, quien, junto al diseñador Fabian Paz, nos ofreció una propuesta fresca y vanguardista. Cada creación era un homenaje a la creatividad sin límites, combinando técnicas tradicionales y contemporáneas. Fue un deleite observar cómo cada outfit no solo era una prenda, sino también una expresión artística que desafiaba las convenciones.




















Este show, magistralmente creado por el innovador Luis Carlin, incluía entre cada colección la actuación de una artista local, lo que dio un toque especial a la velada. Cada interludio musical era el preámbulo perfecto para la siguiente propuesta de moda, en un juego constante entre el arte y la estética. La música, enriqueciendo el ambiente, elevó la experiencia, convirtiendo cada desfile en una celebración de la cultura y el talento local.


Asistir a Fashion Frenzy en el Hotel Breathless Riviera Cancún fue un verdadero honor. La capacidad de este evento para reunir a diseñadores emergentes y consagrados, así como artistas locales, crea un espacio único donde la moda se vive y se celebra en todas sus formas. Sin duda, es un recordatorio de que la moda no solo se trata de ropa, sino de contar historias y fomentar conexiones. Quintana Roo espera el próximo capítulo de esta emocionante travesía en el mundo de la moda.


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