Estereotipos hasta en el plato

Hablar de estereotipos tiene que ver con los múltiples roles que las personas vivimos, con las creencias sociales, políticas, religiosas, psicológicas, morales, físicas, etc. Incluso hasta en función de oficio o profesional que alguna persona ejerce. También con la “época” que nos toca vivir.

Hace tiempo tuve la oportunidad de conversar con Luis Enrique Pereira, el cual cuenta con un diplomado en Artes Culinarias en su natal Costa Rica. Su deseo por obtener una licenciatura le llevo a la Argentina en dónde empezó a interesarse por los distintos ejes temáticos que engloba la alimentación como la problemática alimentaria, soberanía alimentaria y principios de Neurogastronomía. Actualmente, encabeza los espacios digitales: Delicioso Anime y Degustaciones Teóricas, enfocado a reflexiones, relatos, reseñas y notas inspiradas en la gastronomía. Es autor del libro “Los Hechizos de Horcón”; una historia llena de aventuras y remembranzas en dónde la comida es conductora de sensaciones, aromas y sabores, con ella podemos trasportarnos a lugares mágicos y a nuestros sentimientos más íntimos.

Luis Enrique habla de romper los moldes para alcanzar la equidad, de cambiar la visión generalizada justamente en no enfocarse en las diferencias que el “sistema” nos marca en cuestión de 2 conceptos importantes: el sexo (aspectos biológicos) y el “género” (construcción cultural). Con ello, se generan brechas que tienen que ver con la desigualdad, discriminación, los salarios, las generaciones, el clasismo, las oportunidades laborales, violencia y acoso, reconocimientos, conciliación entre el ámbito laboral y el del hogar, posiciones de alta responsabilidad ligadas a las “capacidades”, ritmo laboral, patriarcados, esfuerzos físicos, etc. aspectos que nos fragmentan como sociedad.

En el ámbito gastronómico se ve claramente hoy en día, que es un rubro “masculinizado”, se llega a hablar hasta de machismo culinario (clubes gastronómicos). Se considera que la “alta cocina o cocina de élite” corresponde a especialistas y profesionales; los llamados -chefs-, la “baja cocina”, por así nombrarla tiene que ver con la cocina doméstica incluso elaborada generalmente por el sexo femenino; por “tradición la mujer es la que cuida y la que cocina”. ¿Por qué?, ¿qué aspectos definen el valor de estas?

“Si el Género es un producto cultural al igual que las preparaciones culinarias; puede ser deconstruido”, apunta Luis Enrique.

Por Marletza