La Estrategia Nacional de Seguridad Pública es, ciertamente, un documento perfectible, un buen arranque para este enorme problema y este gran reto que tenemos enfrente y que sufrimos actualmente los mexicanos: la inseguridad, manifestó Adrián López Sánchez, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana Cancún (Coparmex).
Luego de señalar que en ese tema, como en otros que aquejan al país, se requieren ciudadanos que se conviertan en actores de las soluciones, recordó que el 25 de abril pasado la Secretaría Seguridad y Protección Ciudadana presentó ante el Senado la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, documento que mediante adiciones a los artículos 69 y 76 constitucionales obliga al Presidente de México a presentar su estrategia de seguridad sexenal.
El objetivo de la estrategia es atacar el origen de la delincuencia para devolver la paz social a los mexicanos mediante el fortalecimiento del tejido social en ocho ejes fundamentales, que van desde la erradicación de la corrupción, como causa principal de la inseguridad, garantía de empleo, educación, salud y bienestar para los mexicanos, hasta la regeneración de la ética social y la reinserción social en los centros penitenciarios, todo fundamentado en los derechos humanos, dijo.
El dirigente recordó que otra vertiente se enfoca en la estrategia política y considera un modelo incluyente de policías estatales y municipales, junto con la Guardia Nacional, al igual que la prevención del delito y el combate a las adicciones.
Como apuntamos en nuestro posicionamiento sobre la Estrategia del 14 de mayo de 2019, también se considera la correcta distribución de recursos federales a los estados para capacitación, adiestramiento policial y estrategia de combate al robo de hidrocarburos, lavado de dinero, robo de transporte, tráfico de armas y la aplicación efectiva de la extinción de dominio, añadió.
A la Guardia Nacional le fija la obligación de apoyarse y coordinarse con los policías locales, incluir protocolos de reunión para las mesas de pacificación en cada una de las 276 regiones del país, obligando al respeto del uso de la fuerza y el registro de detenciones y leyes que no han sido publicadas. También establece entre sus funciones la investigación mediante un Sistema Nacional de Inteligencia, el fortalecimiento de la Plataforma México para el registro de delincuentes y la creación de una “guardia financiera” para combatir el lavado de dinero, continuó.
Asimismo, señaló que el nuevo modelo de policía incluye un esquema transversal e integral para los tres órdenes de gobierno bajo un mismo modelo nacional de policía, homologa a los 32 estados, contextualiza necesidades locales, estandariza la profesionalización, capacitación, certificación y dignificación e incluye la creación de la Universidad de Seguridad Pública.
Se menciona claramente a las policías municipales como las más importantes del país, homologa sueldos y prestaciones, no sólo entre ellos, sino también entre ministerios públicos y jueces, pero sobre todo establece la importancia de la participación de la sociedad en el combate a la inseguridad mediante redes vecinales y estrategias focalizadas de acuerdo con la particularidad de cada región.
En contraparte, indicó que el documento menciona pocas estrategias en materia de procuración de justicia, aun cuando acepta que anualmente se cometen en el país más de 31 millones de delitos y que 99 por ciento queda impune. “Difícilmente se puede entender una estrategia de seguridad que no involucra a las fiscalías generales, a la FGR y al sistema judicial”, subrayó.
El documento tampoco establece tiempos para implementar las estrategias propuestas ni los responsables de ejecutarlas y adolece de la asignación de partidas presupuestales para su ejecución.
Una reflexión respecto al tema de seguridad es cómo estamos actuando como ciudadanos. Nos corresponde ser responsables en el manejo de la información y muchas veces la que compartimos con nuestros amigos y seres queridos, no es verificada, son “fake news”, prosiguió.
López Sánchez destacó que, más allá de eso, la reflexión es en qué abona eso a la seguridad, a sentirme más seguro, a dar tranquilidad, pues al circular videos o fotografías de homicidios lo que se genera es miedo, más que una solución, “y el miedo, está demostrado, paraliza y hoy no necesitamos ciudadanos paralizados, necesitamos ciudadanos responsables, que se conviertan en actores de las soluciones”.
No importa que no pensemos igual, sino que pensemos todos juntos. Lo que no se vale es no hacer nada, expresó.
Por INFOQROO
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