Por Kathleen Chaykowski
El martes, el multimillonario cofundador de WhatsApp Brian Acton se convirtió en parte del coro: “It is time. #deletefacebook” [es hora, borra Facebook], tuiteó Acton a cerca de 21,000 seguidores. Facebook adquirió WhatsApp en 2014 por alrededor de 19,000 millones de dólares, y Acton recibió alrededor de 3,000 millones por su participación en la empresa.
La declaración de Acton refleja un nuevo nivel de reacción pública contra Facebook después de una serie de controversias que han planteado serias dudas sobre la capacidad de la compañía para protegerse, y a sus usuarios, del mal uso de su sitio.
El año pasado, Facebook reveló a investigadores federales y al público que las entidades rusas que intentaron inmiscuirse en las elecciones estadounidenses usaron la red social, así como Instagram y Messenger, para tratar de sembrar división política entre los estadounidenses. Facebook dio a conocer gradualmente cifras crecientes que estimaban el alcance de los anuncios rusos, y en última instancia informaron en una audiencia en el Congreso estadounidense que 150 millones de personas vieron publicaciones vinculadas a Rusia en Facebook e Instagram.
La semana pasada, Facebook anunció que la firma londinense de análisis de datos Cambridge Analytica, que apoyó la campaña política del presidente Trump, violó sus términos al recopilar datos sobre millones de usuarios de un creador de aplicaciones sin el permiso de esos usuarios. Facebook descubrió la violación en 2015, cerró el acceso del creador de la aplicación a la red social y solicitó a Cambridge Analytica que certificara que había borrado los datos.
El viernes, Facebook dijo que suspendía Cambridge Analytica de la red social después de enterarse de que la información de los usuarios no había sido borrada, y calificó la filtración de “una violación de la confianza inaceptable”. (Según un informe de The New York Times del sábado que cita a ex empleados y contratistas, Cambridge Analytica aún posee “la mayoría o la totalidad de los datos” de Facebook. En un tuit del sábado, la firma de análisis dijo que no “almacenamos ni usamos información alguna sobre los perfiles”.)
Según los informes, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos investiga el manejo de los datos de usuario de Facebook, y la Comisión Europea está pidiendo a las autoridades de protección de datos que investiguen la filtración. Ambas entidades podrían imponer multas. Facebook había alistado anteriormente a la firma Stroz Freidberg para evaluar a Cambridge Analytica, pero detuvo su esfuerzo a petición de la Oficina del Comisionado de Información de los Estados Unidos, que dijo el lunes que buscaba una orden para completar su propia investigación de la empresa.
La crisis de Cambridge Analytica no solo ha provocado una respuesta por parte de los molestos usuarios de Facebook. También ha preocupado a los inversionistas. La compañía perdió más de 60,000 millones de dólares en valor de mercado en dos días, cayendo casi un 7% el lunes, la mayor caída en casi cuatro años.
Facebook se enfrenta a un momento crítico para recuperar la confianza de los usuarios y los reguladores sobre la integridad de su contenido y la seguridad de su sistema publicitario. Facebook no solo arriesga más reacciones violentas en las redes sociales a través de campañas similares a #deletefacebook, sino que también enfrenta las reglas que podrían limitar su independencia y su negocio principal.
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