Bloqueo político se alarga en Cataluña; renuncia candidato a presidente

BARCELONA.

El presidente del Parlamento catalán dijo el miércoles que iniciará una nueva ronda de contactos políticos para proponer un nuevo candidato a la presidencia regional tras el retiro de la postulación de un dirigente separatista encarcelado.

Los partidos separatistas habían propuesto a Jordi Sánchez como jefe del ejecutivo, pero la Corte Suprema le prohibió asistir a la votación, con lo cual su elección se volvió casi imposible.

Sánchez deberá responder a cargos de sedición y otros a raíz de la investigación en curso del intento independentista de la región.

El presidente Roger Torrent leyó una carta en la que Sánchez renunció a su banca y afirmó que “es el mejor servicio que puedo hacer ahora por el país”.

La región semiautónoma carece de ejecutivo desde hace casi cinco meses, cuando las autoridades centrales en Madrid destituyeron el gobierno regional y asumieron el control de los asuntos catalanes.

Primero lo intentó con el expresidente Carles Puigdemont, cesado del cargo en octubre por el gobierno español de Mariano Rajoy, pero la justicia prohibió investirlo si antes no volvía de Bélgica a España para entregarse ante el juez que lo investiga por sedición y rebelión.

Finalmente, Puigdemont renunció y cedió el relevo a Sánchez que no consiguió el permiso judicial para salir de la cárcel donde está retenido desde mediados de octubre por presunta sedición como expresidente de la influyente asociación independentista ANC.

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Según la prensa española, el favorito ahora para ser investido es Jordi Turull, exportavoz del gobierno regional cesado y número tres de la candidatura Juntos por Cataluña por detrás de Puigdemont y Sánchez, la formación independentista más votada.

A priori su investidura no presenta complicaciones judiciales, aunque su mandato podría verse acortado abruptamente si el juez del Tribunal Supremo que investiga el núcleo duro del independentismo lo enjuicia por rebelión y sedición y pide su inhabilitación para ejercer cargos públicos.

Sin embargo, todavía no dispone de los apoyos suficientes ya que el partido independentista más radical, la CUP, no acepta el acuerdo de gobierno de las otras dos grandes formaciones, Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya, por considerarlo demasiado blando en su pulso por la secesión.

En él, estas fuerzas se comprometen a seguir desarrollando la república proclamada fallidamente en octubre y a celebrar un referéndum sobre las bases de la constitución de una hipotética Cataluña independiente.