¿A qué sabe la Navidad?

Ya estamos adentrados en la época decembrina con todo lo que ella conlleva, 3 puntos a destacar de estos días son: el compartir, la comida y el cierre de un ciclo deseando que el año venidero sea mucho mejor. Época de nostalgia, cercanía con los nuestros y los recuerdos del paladar.

La semana pasada tuve oportunidad de charlar con la chef Morellya Echanique, una venezolana viviendo en Costa Rica, conocedora de sabores y tradiciones gastronómicas de su país de origen. Además, experta en marketing digital, emprendedora y encabezando su propia marca: Morehivirtual.

Venezuela, situada al norte de Sur América, con costas, islas e islotes bañados por el Mar Caribe, de gran biodiversidad, siendo Caracas su capital. Su cultura es un crisol de los pueblos indígenas, África y la influencia europea. Gastronómicamente destacan ingredientes como el maíz, arroz, plátano, tubérculos y caraotas negras. Diversas carnes como el chivo, cabra, conejo, oveja, pescados y mariscos.

Algunas de las tradiciones de estas fechas es el festejo el espíritu de la Navidad, utilizar ropa interior amarilla, comer lentejas ya que son sinónimo de prosperidad, limpiar la casa, salir con maletas para asegurar viajes en el siguiente año y por supuesto, la reunión de las familias para preparar los manjares a consumir en los días festivos.

Durante las “navidades” los venezolanos destacan 5 principales preparaciones:

Pan de jamón: elaborado con harina de trigo, huevo, leche y azúcar. Dando como resultado una preparación dulzona que se rellena de tocineta ahumada, jamón de pierna, aceitunas, uvas pasas y alcaparras.

Hallacas: considerado un tamal envuelto en hoja de plátano en la que el relleno es un guiso a base de carne de cerdo y res (ternera), cebolla, poro, cebollín, ajo, aceitunas, alcaparras, pimentón dulce (chile dulce), paprika, vino tinto y papelón (panela o piloncillo).

Ensalada de gallina: se utiliza carne de gallina o pollo, zanahorias, papas y guisantes (chicharos) aliñado todo ello con un aderezo de mayonesa, mostaza, sal y pimienta. Hay quien le añade aceitunas, uvas, manzana verde, piña y apio.

Torta negra: un “bizcocho” al que se le añade frutos secos (avellanas, nueces, almendras, maní, pasas, higos, ciruelas pasas, entre otros y que han sido macerados hasta un año antes en vino tinto y diversas especies como clavo de olor, nuez moscada, canela en polvo y café instantáneo) y naranja confitada.

Dulce de lechosa (papaya): dulce casero tradicional en que se utiliza papaya verde (no madura). Se cuece con panela, clavos de olor y ramas de canela, por último, unos 5 minutos antes de que se terminé la preparación se añade un trozo de cáscara de naranja sin el “albedo” (parte blanca de la cáscara) para que no amargue.

Otras preparaciones son el pavo relleno, asado negro y jamón planchado. Para los amantes de los postres: cabello de ángel, churrucho (cuajada de leche y especias), dulce de higo, mazapán y panettone. Al igual que en México, los venezolanos preparan el rompope, nombrado como “ponche de crema” y un tipo de atole llamado “carato” (bebida de maíz con piloncillo, guayaba y clavo).

¿Qué te parecen estás opciones para incorporarlas en tus menús de próximas fechas? ¿qué receta te atreves a preparar?

Por otro lado, tuve la fortuna de compartir con el colectivo de “Mujeres del Fuego” conformado por 16 mujeres cocineras tradicionales buscando fomentar, promocionar y difundir la riqueza gastronómica del estado de Colima, México.

Los colimenses o colimeños tienen “un paraíso en la tierra”, como lo dice la maestra Lourdes Hernández de la localidad denominada La Caja. Y es que, con 7 microclimas, montañas, ríos, volcanes y playas podemos imaginar su diversidad.

Algunos ingredientes de la cocina “colimota” son el maíz, frijol, melón, caña de azúcar, cacahuate, jamaica y sal, nos dijo la maestra María de la Luz López, originaria de El Remate.

Hablando de ingredientes de esta temporada el bonete o cuaguayote, fruto endémico de la región. Su forma asemeja a la carambola. También se comen sus flores. La maestra Marcia García, originaria de Piscila, nos comentó que se utiliza en diversas preparaciones: capeado, cocido, asado o tatemado; en frijoles, guisos o ceviches.

Destacan también los bules o guajes, fruto de una enredadera, familia de la calabaza; una vez secos y huecos se utilizan para transportar líquidos (principalmente agua). Con ellos, también se hacen artesanías y hasta sonajas para bebés.

Del estado destaca la jamaica blanca. De sabor único por la cercanía del volcán. Con ella se realizan salsas, mermeladas, atoles, ponche de anís, se cristaliza e incluso se añade a guisos o preparaciones como el “chilmole de jamaica”.

Las fiestas decembrinas en el estado se viven de manera familiar, los nacimientos, posadas, bolos y pastorcitas hasta la llegada del Día de Reyes. Las ramas de barbas de viejo (arbusto) se adornan y no faltan las lumbradas (lumbre grande e intensa; llamarada). Las preparaciones imperdibles son: tamales, pozole y atoles; todo ello en cocina de leña.

Por lo anterior, “las mujeres del fuego” portan orgullosas sus trajes típicos bordados, transmiten de generación en generación sus saberes que les dan identidad. Productoras de vegetales y frutos, cocineras tradicionales con profundo amor por su tierra y a la vida. Sin duda, habrá que ir a visitarlas…

¿Y a ti?, querido lector ¿a qué te sabe la Navidad? Recuerda es tiempo de compartir y de disfrutar, pero todo con medida. ¡Hasta la próxima!

Por Marletza