En la Península de Yucatán urge corregir el modelo de gestión del agua porque sólo se piensa en extraer, entubar y dar el servicio, y no en el manejo integral, lo que podría reducir a futuro el acceso al vital líquido no por escasez, sino por contaminación, alertó Ana Lilia Córdova Lira, directora de la organización no gubernamental (ong) “Centinelas del Agua”.
Al presentar su Informe Anual 2018, la organización destacó que durante el año pasado se realizaron tres limpiezas de manglares en las que se recolectaron 64.2 kilogramos de pet –polietileno tereftalato, por su acrónimo; sobre todo el asociado a botellas de plástico–, 44.4 de vidrio y 316.3 de residuos generales, y se sembraron 504 plantas y árboles.
“Y definimos tres pilares, que serían la cultura y desarrollo sustentable; la gobernanza hídrica, que es toda la parte de política pública, y la investigación y conservación; en cada uno de esos pilares tenemos proyectos, el de educación y cultura sustentable tiene dos líneas: una, la que hacemos en Río Secreto, los recorridos educativos con la Dirección de Desarrollo Social.”
Añadió que se ha atendido y colaborado en la gestión del acuífero peninsular desde diversos frentes: fomentar una cultura del agua, perfeccionar las leyes y reglamentos, mejorar el funcionamiento de las instituciones, promover acciones y participar para el manejo sustentable del agua subterránea.
En el área de gobernanza hídrica, citó que se presentó una propuesta legislativa de la inclusión de los sistemas kársticos en la Ley General de Aguas; ratificar el Protocolo de Cartagena en materia de descargas de aguas residuales hacia el Sistema Arrecifal Mesoamericano (sam) y el análisis de la situación actual de esos vertidos.
“No puede haber sociedad sana si no hay un ambiente sano, y si no hay un entorno saludable. Todo mundo nos está pidiendo el recorrido educativo, que le llamamos “El acuífero que nos une”, este acuífero que une a todos los ecosistemas y a la sociedad, y es hacer visible lo invisible, recuerden que los ríos subterráneos, nuestra fuente de agua dulce no la vemos.”
Ana Lilia Córdova considera la biodiversidad como un aspecto de particular importancia con base en la protección de los ecosistemas productores de agua, así como los procesos que se dan en la interacción con la flora y fauna, con la pretensión de sembrar una semilla en la sociedad, y generar inquietud para tomar cartas en el asunto a todos los niveles.
La activista añadió que en el área de conservación, “Centinelas” se enfocó en mejores prácticas de turismo en cenotes, en colaboración con otra ong, “Razonatura”, así como en la elaboración de una biblioteca digital de estudios, artículos sobre biodiversidad y proyectos publicados de calidad de agua, y en ese sentido advirtió que urge el tratamiento del líquido.
“Yo creo que ahorita escasez no, aquí el problema de la península es la contaminación del agua; o sea, que porque no podamos usarla por contaminación, no tanto por escasez; claro que también tenemos que corregir todo el modelo de gestión del agua; o sea, aquí nada más se piensa en extraer, entubar y dar el servicio, pero no se contempla el manejo integral.”
Por Carlos Aguila Arreola / @aguila_carlin
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