No tengo idea de cuándo y dónde se le habrá ocurrió a alguien en nuestro querido México, de preparar “molcajetes”. El molcajete como muchos saben, es un utensilio de cocina que desde hace milenios ha figurado para moler o machacar granos, especies, chiles y otros ingredientes.
El mortero como se conoce en otros países hoy en día sigue teniendo un lugar muy especial cuando de cocina tradicional se habla. Siendo elaborados de distintos materiales: madera, mármol, piedra volcánica principalmente o también de cantera o basalto como es el caso del molcajete mexicano. Lleno de cualidades, como que es en él que cualquier preparación queda mucho mejor de sabor, aunado a la textura peculiar, incluso ni, aunque utilicemos algún procesador moderno.
En todas las casas mexicanas, por tradición debe haber un molcajete para aquellos expertos en preparar salsas o dándole su lugar especial como artesanía tradicional. Y es que son muy bonitos, de distintos tamaños y a veces con alguna forma particular. Siempre con 3 patas cortas las que le sujetan, guardando un conocimiento milenario, una razón de ser… ¿sabes el por qué? éstas de manera matemática aportan soporte y permiten el uso rudo para machacar sin que se voltee, parte del conocimiento ancestral.
Tuve la oportunidad de visitar virtualmente al chef Agustín Tamayo, en Zacapú, Michoacán. Él es un defensor de la cocina tradicional mexicana, aunque tiene su propia versión de platillos, postres y bebidas. Le gusta preparar recetas con ingredientes de proximidad. Además, destaca de la gastronomía de la región las carnitas, uchepos, corundas, churipo (caldo de res), trucha y mojarra.
Volviendo al “molcajete” como propuesta culinaria, el chef Tamayo preparó uno. He de confesar, que yo no tenía ni idea de cómo es que se hacía la preparación y me intrigaba cómo es que el molcajete siendo el protagonista, se mantiene caliente mientras se sirve en la mesa y se va comiendo de a poco.
Arrachera y camarón junto a unas cebollitas asadas, acompañado todo de una salsa espectacular “molcajeteada” para darle un toque final al flambearlo con charanda (Denominación de Origen del estado, destilado proveniente de la caña de azúcar). ¿Se te antojo?, cierto es que suena espectacular, se ve increíble y debe saber delicioso. Aquí te dejo una foto para que veas el resultado final.
¡Cuéntame!, ¿conoces este tipo de preparaciones en molcajetes?
Gusto en saludarte, querido lector.
Por Marletza
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