SEVERAS AFECTACIONES A HUMEDALES

En el Día Mundial de los Humedales (2 febrero), el documento de análisisManglares de México (2017), de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), reveló que en entidades como Quintana Roo y Campeche, el avance de la agroindustria genera afectaciones severas a esos ecosistemas y las selvas.

México tiene 142 sitios designados como Humedales de Importancia Internacional (sitios Ramsar), que suman una superficie de ocho millones 657 mil 57 hectáreas, lo que obliga al país a emprender las acciones necesarias para su protección y conservación.

(La Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, conocida en forma abreviada como Convenio Ramsar, se refiere a una ciudad de Irán situada a orillas del mar Caspio, donde fue firmada el martes 2 de febrero de 1971, pero entró en vigor el 21 de diciembre de 1975.)

De acuerdo con un análisis del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), 15 por ciento de la superficie está concesionada o asignada para actividades mineras, lo que pone en riesgo la permanencia de esos ecosistemas de gran importancia ambiental y biológica.

Los humedales incluyen una amplia variedad de hábitats como pantanos, turberas, llanuras de inundación, ríos y lagos, y áreas costeras como marismas, manglares y praderas de pastos marinos, pero también arrecifes de coral y otras áreas marinas de baja profundidad.

México ocupa el segundo lugar mundial en sitios Ramsar, y el cuarto con mayor superficie de manglares con 775 mil 555 hectáreas, en las costas de 17 estados, aproximadamente cinco por ciento de la cobertura total mundial, donde hay mil 125 núcleos agrarios y comunidades.

De acuerdo con datos del CCMSS, 16 mil 856 hectáreas de mangle están concesionadas a la minería, y otras 372 mil 169 cuentan con título de asignación minera, lo que representa que 48 por ciento de la superficie de manglares sería susceptible de ser concesionada a la minería.

La importancia de los humedales, particularmente de los manglares, radica en que proveen beneficios ambientales de vital importancia como el control de inundaciones, protección contra huracanes, fuente de nutrientes para ecosistemas vecinos como arrecifes de coral y captura de gases de efecto invernadero, entre muchos otros.

De acuerdo al Plan Estratégico de la Convención Ramsar 2016-2024, “la mayor pérdida de humedales sigue siendo por la agricultura no sostenible y las industrias extractivas como el petróleo, gas y minería, el crecimiento de la población humana (incluyendo la migración y la urbanización), y los cambios en el uso de la tierra sin tomar en cuenta el medio ambiente”.

Impactos

El documento de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), Manglares de México 2017, indica que la política pública que incide en la conservación de manglares en México es fundamental para reorientar las actividades productivas en las regiones, y realizar sinergias entre los diferentes actores.

Resalta que el deterioro en los manglares ligados a políticas públicas tienen que ver con deforestación, tala y fragmentación, modificación del flujo del agua, acuicultura, contaminación de cuerpos de agua, desarrollo turístico, pesca, agricultura y ganadería, urbanización costera, explotación petrolera y azolvamiento (sedimentación).

Los impactos ambientales negativos de la expansión rápida las plantaciones de palma africana fueron la desecación, salinización y compactación de los suelos, la eliminación de la vegetación original, así como contaminación de los suelos por el consumo excesivo de agua y el uso de plaguicidas.

Además, “la palma africana invadió rápidamente zonas con azolvamientos recientes, desplazando al manglar e impidiendo su rehabilitación y reforestación. A esos impactos se sumaron otros factores como la ganadería, la agricultura, el turismo no regulado, la expansión de asentamientos humanos y de infraestructura urbana, afectando a los manglares”.

En entidades como Quintana Roo y Campeche, el avance de la agroindustria está generando afectaciones severas a los humedales y selvas, y la regulación de recursos naturales está dirigida a preservar especies o ecosistemas, no a regular el uso de suelo, así que en una zona donde hay humedales, puede estar autorizada la agricultura o la minería.

Por Carlos Aguila Arreola /@aguila_catlin