LONDRES.
Redimida de un pecado que nunca cometió y apóstol de los apóstoles, esa es la imagen de María Magdalena que defendió la actriz Rooney Mara durante la presentación en Londres de su última película, Mary Magdalene, dirigida por Garth Davis.
“Siempre había tenido la misma imagen que tiene la mayoría de la gente de que María era una prostituta, así que cuando leí el guión y vi que no era así me quedé boquiabierta”, dijo Mara en declaraciones.
La película Mary Magdalene narra la historia de esta mujer en el año que dedicó a seguir los pasos de Cristo antes de su crucifixión, en una adaptación cinematográfica del denominado Evangelio de María, un texto del siglo II cuyo origen se atribuye a ella.
La actriz de 32 años comparte reparto con Joaquin Phoenix, que interpreta a Cristo, Chiwetel Ejiofor como San Pedro y Tahar Rahim, en el papel de Judas Iscariote, en este filme que se estrena el viernes en España.
Rooney Mara describió la tarea de representar a este personaje como una “responsabilidad”, ya que “es alguien muy importante para muchos”.
También fue una experiencia “liberadora”, al permitir, si no reinventar la historia de María Magdalena, sí contarla de la manera que el equipo de creadores considera como cierta, lo que contrasta con la concepción popular y con todo lo visto en el cine hasta la fecha.
Para Mara, es una historia necesaria pues, al ser mujer en un contexto de opresión masculina, “María percibió el mensaje de Cristo de otra manera”.
La película representa una manera particular de entender el Cristianismo en la que, por ejemplo, la importancia de los milagros del hijo de Dios no era solo el hecho de curar a los enfermos, sino “verlos, demostrar que eran importantes” en un tiempo en que la sociedad los marginaba, apuntó la actriz.
Por su parte, Phoenix opinó que contar la historia de María Magdalena según su evangelio permite humanizar a Cristo y a sus seguidores, hacer que pierda parte de su divinidad a favor del error humano y dar realismo a los personajes bíblicos.
“Para que la crucifixión fuera un sacrificio real, para que significara algo, Jesús tenía que ser humano y tener emociones humanas como el miedo a la muerte”, relató.
Para mantenerse fieles a la realidad de la época y a los textos bíblicos, la producción contó con la ayuda de numerosos expertos aunque, según describió la guionista, Philippa Goslett, “lo único en lo que estaban de acuerdo era en que María debería considerarse como discípula y apóstol de Cristo”.
Davis, el director, explicó que quiso “crear un mundo con el que la gente se pudiera identificar” para compartir el mensaje “muy simple” revelado en el libro escogido, que es la idea de que la libertad individual viene dada por “el amor al prójimo”.
El evangelio de María es un texto gnóstico que narra “la revelación que Cristo glorioso le hace a María Magdalena sobre la ascensión del alma”, explicó a Efe Juan Chapa, decano de Teología de la Universidad de Navarra.
Al ser un texto posterior a los evangelios canónicos, no tiene carácter histórico, por lo que el teólogo apuntó que “no refleja la situación general de la Iglesia, sino una particular postura y enfrentamiento con ella”.
Los creadores de la película, sin embargo, mantienen que la imagen de María Magdalena como prostituta se promovió a finales del siglo VI por el papa Gregorio I y que realmente la Biblia no la identifica en ningún momento como tal.
Según los cuatro evangelios canónicos, María Magdalena fue la única persona presente tanto en la crucifixión como en la resurrección de Cristo y la encargada de llevar la buena nueva al resto de discípulos, un honor por el que en 2016 el papa Francisco la declaró “apóstol de los apóstoles”.