Regresará a México el “Monstruo de la tierra”, bajorrelieve monumental de la cultura olmeca

El Monumento 9 de Chalcatzingo, un bajorrelieve olmeca de 1.8 metros de altura y 1.5 metros de ancho, que data del periodo Preclásico Medio, es decir, de entre los años 800 y 400 antes de nuestra era, regresará a México luego de que la Unidad de Tráfico de Antigüedades de Manhattan recuperó la pieza arqueológica.

El cónsul general de México en Nueva York, Jorge Islas, informó que la repatriación de la pieza conocida como “monstruo de la tierra”, cuyos rasgos iconográficos lo asocian con otras piezas de la Zona Arqueológica de Chalcatzingo, es resultado del trabajo coordinado entre las secretarías de Relaciones Exteriores, de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia y las autoridades del estado de Nueva York, en Estados Unidos.

Aunque se desconoce el modo y la fecha en la cual el Monumento 9 fue sustraído ilegalmente de Chalcatzingo, sí se tiene documentado que fue dado a conocer en 1968, por el arqueólogo David Grove en el número 33 de la revista American Antiquity, de allí que se piensa que, a inicios de la segunda mitad del siglo XX, ya se encontraba en los Estados Unidos.

La restitución de este relieve permitirá el retorno a México de una creación olmeca cuya importancia es comparable a la de las icónicas cabezas colosales, toda vez que Chalcatzingo fue el único asentamiento ligado a dicha cultura, que se fundó y prosperó en el Altiplano Central mesoamericano.

De acuerdo con el investigador del Centro INAH Morelos, Mario Córdova Tello, esta pieza de gran formato, que alcanza 1.8 metros de altura y 1.5 metros de ancho, y pesa aproximadamente una tonelada, coincide con el esplendor de Chalcatzingo.

“El nombre Chalcatzingo, el cual puede traducirse como ‘el pequeño Chalco’, le fue dado por migrantes de la Cuenca de México durante el periodo Posclásico, entre los años 90 y 1521, por lo cual, dada la recurrente presencia de bromelias en los espacios y monumentos de elite, inferimos que la planta fue un rasgo identitario para los habitantes originales de la ciudad, ya que además es un elemento único en la iconografía olmeca en general”, afirmó.

Córdova Tello celebró los esfuerzos y las gestiones que actualmente conducen los equipos jurídicos de la Secretaría de Cultura, del INAH y de la Secretaría de Relaciones Exteriores, así como el apoyo de las autoridades estadounidenses, para concretar esta recuperación y la inminente repatriación en el corto plazo.

“Este monumento es una pieza clave para las investigaciones sobre la iconografía olmeca, por lo que recibimos esta noticia con alegría y entusiasmo”, afirmó.