PUEBLO FANTASMA “MISNEBALAM”

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay ocho pueblos “fantasma”, y uno está en Yucatán: se trata de Misnebalam, perteneciente a la Subcomisaría de Santa María Yaxché (30 kilómetros al norte de Mérida), en el kilómetro 17 de la carretera hacia Progreso se dobla a la derecha antes del puente de San Ignacio.

El nombre del ex poblado proviene de misné que significa en idioma maya “cola de gato” y “balam”, que significa jaguar, y alberga leyendas urbanas que llaman la atención de propios y extraños, quienes llegan al peculiar sitio que alguna vez fue sede de una próspera comunidad henequenera, que hoy prodiga historias sobrenaturales.

Hay dos teorías: las constantes apariciones paranormales y la falta de agua en el lugar. Se dice que el espíritu de un niño llamado Julián ronda por el pueblo; también se habla de un monje que por las noches aparece en el techo de la iglesia del lugar. Escuchar voces, ruidos extraños y ver cómo se prenden focos en casas abandonadas, formarán parte de la visita.

El país tiene diferentes atractivos turísticos para todos los gustos: desde playas y lugares soleados, hasta montañas y destinos para la aventura. Entre la amplia gama de posibilidades, a ciertos lugares no se les presta mucha atención pero tienen gran atractivo, son los antiguos asentamientos hoy abandonados y que aún conservan rastros de su pasado.

Los otros siete pueblos “fantasma” del país son San Juan Parangaricutiro (Michoacán), Ojuela (Durango), Guerrero Viejo (Tamaulipas), Mineral de Pozos (Guanajuato), así como Cerro de San Pedro y Real de Catorce (ambos en San Luis Potosí), y Noria San Pantaleón (Zacatecas).

Para los viajeros que buscan lugares repletos de leyendas, misterio e historia, ya sea en familia o con amigos, se transportan a otra época y permiten vivir experiencias poco cotidianas, y ClickBus, la plataforma online de venta de boletos de autobús, recomienda la visita a los cinco principales pueblos abandonados de México.

Ojuela se ubica entre dos grandes cerros, donde había una mina con oro, plata, zinc y manganeso. Fue abandonado después que la mina Santa Rita se inundó, lo que obligó a desalojar el lugar. En 1892 se construyó la mayor atracción: un puente colgante de 318 metros de largo y 1.80 de ancho, sobre un barranco de 95 metros de profundidad.

Desde la década de 1950, Guerrero Viejo se quedó sin habitantes porque se inauguró la presa Falcón, proyecto de los gobiernos de Estados Unidos y México, la que inundó el pueblo. Se observa la fachada de la iglesia, única construcción que quedó en pie aunque bajo el agua por años. El lugar tiene un parque para acampar, pescar, nadar, esquí acuático y senderismo.

En 1943, tras la erupción del volcán Paricutín, el pueblo de San Juan Parangaricutiro quedó sumergido bajo la lava y sus habitantes desalojaron el lugar. Desde entonces la iglesia es el único vestigio de lo que fue el pueblo. El templo está enterrado por la mitad y se ha vuelto la principal atracción y se debe escalar por la lava petrificada.

Noria San Pantaleón está en el municipio de Sombrerete, en Zacatecas, y pese a que aún tiene 52 habitantes es considerado fantasma por la poca actividad y sus numerosas calles y casas abandonadas. El mayor atractivo son las “pirámides”: tres montañas de desechos mineros con un olor y textura singulares, por lo que se han convertido en parada obligatoria.

Así que puedes escoger entre experiencias sobrenaturales, escalar una montaña de lava petrificada, practicar pesca deportiva o admirar paisajes naturales a 95 metros de altura. Te aseguramos que, en cada lugar, las experiencias serán incomparables a cualquier otro destino que hayas visitado.

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Por CARLOS ÁGUILA ARREOLA / @aguila_carlin