En numerosas ocasiones hemos comentado aspectos vinculados al desarrollo personal, sobre todo el enfocarnos en el sector del emprendimiento, y es que no podemos hablar de un aspecto o del otro; sin que sea inevitable relacionarlos.
Hoy hablemos de autoaceptación, este concepto que toma cada vez más fuerza y que entre los emprendedores, debe permanecer como uno de los pilares para poder consolidar los proyectos profesionales.
Conversé con Claudia Díaz hace un tiempo, ella es uruguaya, una mujer independiente, tenaz, resiliente. En ella, los aspectos negativos de la vida no han sido motivo para frenar su propio crecimiento personal ni profesional. Desde temprana edad incursionó en el ámbito laboral. Cuenta con amplia experiencia de administración de empresas y comercio exterior. Las palabras tales como: recomenzar y reconstruirse, son parte de su día a día. Pertenece a la comunidad de Emprender en Femenino, organización de mujeres que vinculan, apoyan y promueven la sororidad; además de la incursión del género femenino en sectores de tecnología e industria.
Claudia se volvió emprendedora desde hace tiempo, cuando tomó el desafió de reinventarse a sí misma. Siendo consciente de que emprender no sólo se refiere a tener libertad económica o autoemplearse, sino a la capacidad de decidir, ya que las responsabilidades consecuentes de la toma de decisiones siempre están presentes. Ella es determinada y el compromiso que adquirió al emprender, la ha llevado a no aceptar un no por respuesta. Convencida de su idea de negocio y el accionar, para hacer que las cosas ocurran.
Para la Claudia, la autoaceptación no se trata de “poder”, es como desarrollar un músculo, en el que la energía vital, el agradecimiento y hacerlo una filosofía de vida, le permitan seguir desarrollando sus habilidades y talentos, asumiendo con todo ello sus debilidades.
Cabe mencionar que como parte de la autoaceptación, los emprendedores debemos alinear nuestros valores, detectar las creencias potenciadoras, no las limitantes; para entonces desarrollar nuestro proyecto desde la autenticidad misma del “ser”. No se trata simplemente de alcanzar una meta, es conveniente andar el camino, reflexionar sobre lo que se hace y cómo se hace, permitirse dejarse guiar, inspirar e incluso cambiar el plan; justamente aquí cabe la “resiliencia”.
Ella destaca siendo emprendedora, que lo primordial es “creer en uno mismo”, saber que es correcto lo que se esta haciendo, confiar, capacitarse y estar en constante transformación en donde la mejora continua permita hacer crecer la perspectiva del proyecto de negocio.
Por último, señalemos que la autoaceptación tiene que ver con la apertura de nuestra mente, nuestros oídos; toca escuchar y también abrir el corazón, pues un emprendedor no hará nada que no le haga latir su corazón con emoción, seguridad e infinito respeto a lo que ha creado y se dedica.
Gracias por leerme esta vez, querido lector. Te deseo un extraordinario fin de semana.Por Marletza
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