“La comida es un buen negocio”, suele decirse. Siempre ha sido una manera de generar el autoempleo y dar a conocer las recetas tradicionales de casa. Poner a la venta diversas preparaciones como mermeladas, conservas, salsas, dulces tradicionales, panes, galletas, pasteles, entre otros han dado sustento a muchas familias en cualquier parte del mundo.
Hace unos días platiqué con Caro Moyano, madre entusiasta y emprendedora, creadora de Caro Moyano Baking Dreams. La cual se ha especializado en la pastelería creativa a través de diversas tendencias como lo es el fondant. Inicio diciendo que, si estás pensando en emprender, lo primero que debes hacer es “creer en ti”; más allá de considerar una idea válida, realizar un plan de negocios, desarrollar productos o servicios a ofrecer, comprender el mercado meta, generar una marca y dedicarle tiempo.
El emprendedor en cualquier sector debe cubrir una necesidad en el mercado, perfilar a su cliente, desarrollar un proceso productivo en función de los recursos tangibles o intangibles y programar en el tiempo.
¿Cuántas veces no hemos conocido a un familiar o amigo que empieza vendiendo panques o flanes desde su casa?, sin duda en los tiempos que vivimos esto se ha incrementado en demasía, pero aterrizar el proyecto para que sea rentable, funcional y accesible deberá considerarse si realmente queremos “vivir de ello”.
Existen muchas ideas para poder emprender desde tu cocina. Por ejemplo: comida preparada bajo pedido enfocándonos a menús para la oficina, la escuela, menús con restricciones (apto para celiacos) o estén en tendencia (veganos), creación de un recetario, venta de productos alimenticios, ingredientes y/o utensilios de cocina. Importante y nunca olvidar deberá ser establecer el costo de la “mano de obra”, el error de muchos emprendedores que no lo calculan y contemplan desde un inicio, ¿cuánto vale su trabajo?
Opciones y tipos de emprendimiento hay muchos, sólo basta ponerse en acción y por supuesto: ¡hacer la diferencia!
Por otro lado, tuve la oportunidad de conversar con Nuria Nicolau, consultora de imagen profesional personal y empresarial; enfocada principalmente en restaurantes. Enmarcamos la conversación partiendo de la idea que “el arte de una buena mesa, lo complementa el servicio”. Ella definió el concepto de servicio en dar lo que tienes a los demás, ¡haciéndolo bien! En el sector gastronómico satisfacer las necesidades de un comensal debe ser lo primordial, con él se crean experiencias, destacando la eficiencia y cortesía como elementos.
Algunos aspectos a considerar son:
- Sonreír
- Reconocer al tipo de cliente
- Comunicación asertiva y escucha activa
- Establecer un vínculo con el cliente
- Utilizar correctamente el lenguaje no verdad (gestos, ademanes, posturas, etc.)
- Ofrecer un trato personalizado
- Mejora continua
En un restaurante no es el chef quien lleva todo el peso de la actividad, es el mesero, el camarero, esa primera persona que nos recibe. ¡Un trabajo de equipo! Además, indispensable será que para fomentar ese buen servicio todo este en concordancia: ambientación, menú, personal, calidad de los ingredientes, etc.
La dirección deberá saber o rodearse de personas que sepan de marketing, economía, administración, ventas, comunicación, incluso la correcta gestión de quejas, reclamaciones y sugerencias.
El personal “de sala”, el que atiende y mantiene el trato directo con el cliente; deberá contar una adecuada formación y la información completa de todo lo que es el restaurante. Alinear al equipo de trabajo será un gran punto para considerar, para con ello, poder establecer el tipo de servicio que queremos ofrecer a nuestros clientes.
Me despido agradeciéndote otra semana más compartida en esta columna y haciéndote esta pregunta: ¿crees que con un buen servicio puede pasar la comida, a un segundo plano?
¡Excelente fin de semana!
Por: Marletza