Hay un dicho recurrente cuando nos referimos al comer, satisfacer la necesidad fisiológica, deleitarse con sabores que conllevan los recuerdos y sentirnos felices: ¡barriga llena, corazón contento!
Cuando se unen las raíces con el amor a cualquier oficio o profesión, salta a la vista, se palpa, se “siente”, se transmite con delicadeza y perfección. Dedicarnos a lo que nos apasiona, lo que nos mueve, cuando descubrimos nuestros talentos… no hay más que verse reflejado y proyectado en felicidad.
Tuve la oportunidad de conversar con el chef Fernando Stovell, con más de 20 años de experiencia en numerosos restaurantes a nivel mundial, cocinando para primeros ministros europeos, celebridades y miembros de la realeza. Su singular frase al referirse a sus equipos de trabajo: “happy kitchen”, su profesionalismo y su amor por la cocina le han llevado a participar en diversos programas de televisión como Saturday Kitchen, Market Kitchen por la BBC y como juez invitado en MasterChef México, por mencionar algunos.
Conoció la cocina en casa, de la mano de su madre a quien veía, le ayudaba y disfrutaba con sus preparaciones. Esa comida casera, reconfortante, llena de cariño. El chef Stovell, está convencido que el estado de ánimo al cocinar es indispensable, igual que la sal y la pimienta.
El define su cocina como tradicional, a la leña y con amor. Cocinar para su familia y todo aquel que quiera probar sus creaciones es su principal motor.
La memoria gastronómica hace referencia a los recuerdos, vínculos, sensaciones de cuando probamos un plato. No sólo son sabores, también vista y la historia contada detrás.
Indispensable es para quien se dedica al sector gastronómico el estar en constante aprendizaje y práctica, “entre más cocinas; más aprendes”, dice. Siempre con mucho orden, limpieza y disciplina, manipulando lo menos posible el ingrediente.
Por último, le pregunté en qué se basa un jurado para evaluar un plato:
- Técnica
- Ingrediente
- Limpieza
- Actitud
Interesante combinación de elementos, ¿no lo crees? ¡receta perfecta!
También tuve la ocasión de platicar con la chef Adriana López, una mujer entusiasta, dinámica, colaboradora, involucrada con sus sueños. Propietaria de un negocio de pan, pasteles y postres en el Estado de México, México.
Ella se inicio en la gastronomía desde pequeña, ayudaba a su madre, le fascinaba ver lo que ocurría en la preparaciones saladas y dulces, por lo que se decidió a estudiar gastronomía para después convertirse en emprendedora.
Los sueños son esas ideas que buscamos llevar a la realidad, para ello debemos aterrizarlos, plasmarlos, trabajarlos y abrazarlos. Como ingrediente adicional si a los sueños les añadimos la pasión, seguramente alcanzaremos el resultado deseado y los viviremos plenamente, ¡felices!
En un emprendedor la creatividad y la emoción siempre están presentes. ¿Qué te mueve?, ¿cuáles son tus intereses?, ¿cuál es tu propósito?, ¿para qué eres bueno?
Cierto que, para mantener la pasión encendida es importante considerar diversos elementos:
- Metas claras
- Tener visión de futuro
- Capacitarse constantemente
- Establecer la mejora continua
- Trabajar en tu desarrollo personal
- Buscar inspiración en otros
- Tener buenos hábitos
La chef López, descubrió su pasión a través de la “masa para galletas” y es que ¡a quién no le gustan las galletas!
Históricamente las galletas podrían ser en el mundo de las preparaciones más populares y uno de los alimentos “cocinados” desde tiempos muy remotos. Su versatilidad y sencillez en los ingredientes (harina, mantequilla y azúcar) permiten generar sabores y texturas; además hoy en día la temática en su decoración complementa perfecto.
Te has puesto a pensar ¿por qué nos gustan tanto las galletas?, ¿cómo pueden ser un perfecto snack, desayuno o postre? Cuéntame, ¿cuáles son tus favoritas?
Mientras te dejo unas fotografías de las preparaciones de 2 chefs que en el ingrediente del “amor”.
Por Marletza