La superficie afectada el fuego en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an ya es de 2 mil 500 hectáreas y se trata básicamente de pastizales en la sabana que son consumidos rápidamente por la prolongada sequía, manifestaron Gonzalo Merediz Alonso, director ejecutivo de Amigos de Sian Ka’an y Ramón Castillo Carballo-Suplente Legal de la Gerencia Estatal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
Merediz Alonso, quien lamentó que esto ocurra en una reserva que es patrimonio de la humanidad y que genera tantos beneficios para las comunidades de la zona, aseveró que, al parecer, el siniestro fue provocado por cazadores, algo que sucede frecuentemente en Quintana Roo.
Es una práctica común que los cazadores prendan fuego a la sabana para facilitarles el ver a los venados, debido que el pasto está muy alto. Sin embargo, parece que se les salió de las manos, dijo.
Lo peor es que a estas alturas ya deberíamos haber tenido mucha más lluvia de las que ha caído en el año. En una temporada con lluvias esto no habría pasado porque normalmente en esta época del año la sabana está inundada, indicó.
El incendio continúa y su combate es difícil, por eso hay que hacer un reconocimiento a las brigadas de combatientes que trabajan en estas condiciones de sequía y en un ecosistema complicado.
Asimismo, opinó que el combate que se está desarrollando es un buen ejercicio de coordinación, de esfuerzos institucionales, y alerto que la sequía podría dar pie a otros siniestros en el Estado.
Si alguien cometió un delito deberá ser castigado conforme a la ley porque una reserva como Sian Ka’an es una herramienta de desarrollo y es necesario tomar medidas para prevenir estos daños, expresó.
Por su parte, Castillo Carballo dijo que la zona afectada por el fuego se quemó hace ocho años, cuando fueron consumidas 3 mil hectáreas, y destacó que en la zona sur-sureste de la reserva las llamas se están apagando al contacto con arbolado. “Esperamos que siga así, pero como medida preventiva estamos abriendo brechas cortafuego, de modo que en una semana tendríamos el control del siniestro”.
Lo que se está quemando es pasto de entre 30 y 80 cm de altura. Dependiendo de la velocidad del viento las llamas pueden llegar a una altura de entre 3 y 5 metros, pero se apagan de inmediato, una vez que se quema el pasto o al llegar a la selva. Sin embargo, no podemos dejar de prestar atención para evitar que el fuego “brinque”, para lo cual abren brechas cortafuego y meten contrafuego para que choque con el incendio.
Según dijo, en las labores de combate se cuenta con un helicóptero de la Sedene que transporta al personal, conformado por 44 brigadistas de la Conafor, de un total de 130 con que cuenta, y 23 de Conanp, a los que hoy se incorporarían 20 de la Sedena.
El entrevistado comentó que este año el incendio de mayor proporción es el de Sian Ka’an, pero por su naturaleza la sabana se recupera rápidamente y esperan que en un mes quede nuevamente verde. “De hecho, ese ecosistema necesita quemarse para que la semilla germine nuevamente”.
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