Interesantísimo es conocer la cultura de otro país. La ideología, usos, costumbres, tradiciones e historia conforman su estilo de vida. Connotaciones con grandes significados trascienden de generación en generación.
Senegal, es un país africano con alrededor de 16 millones de habitantes, Dakar la capital, su principal etnia: la wolof. Con clima tropical, paisajes variados (sabana, selva y manglar). Conocida como “la tierra de la hospitalidad”, que no sólo corresponde en acoger a alguien, sino que es su ideología trasladada hasta el sistema educativo y al momento de compartir los alimentos (todos comen de un mismo plato). Todo senegalés tiene la obligación (en el buen sentido) de brindar y compartir a otro.
Contacté con Guiro Sabaly, senegalés orgulloso de sus raíces. Me enseñó a preparar uno de los platos más tradicionales del país: el maafe (preparación a base carne, verduras diversas, puré de tomate y pate de maní acompañado de arroz).
La gastronomía del país está influida por Portugal y Francia al haber sido colonia francesa. Destacan sus ingredientes el arroz, mijo, cuscús, acelga, berenjena, pimientos picantes y pescados.
Algunos de los platos más conocidos: thiebou dieune (arroz con pescado), yassa (pollo, cordero o pescado com cebolla en salsa de limón), dibi (cordero a la parrilla), fataya (empanadillas de carne o pescado), maafe kandja (con quimbombó).
Para los mexicanos que leen esta columna semanal ¿sabían que la flor de Jamaica, llamada hibisco o hibicus, es de origen africano? Justamente, el bissap (infusión de la flor que se bebe caliente) es la bebida nacional. Y para cerrar la degustación de comida senegalesa, no hay que dejar de probar el Chacry, thiakry o degue el cual se realiza con una especie de cuscús de mijo, yogurt y esencia de vainilla.
Por otro lado, conversé con Luis Enrique Blanco de Gourmet Urbano, uno de los blogs de gastronomía más visitados en Venezuela, mismo que se encuentra entre los 50 más importantes de Latinoamérica. Hablamos del vino desde un enfoque relajado, sencillo y distendido.
El vino se considera “alimento”, contiene flavonoides (fitonutrientes) por lo que su consumo moderado trae grandes beneficios al organismo. Tales cómo:
- Evita el envejecimiento prematuro
- Acelera el metabolismo
- Estimula el sistema nervioso (ayudando a la relajación y provocando alegría)
- Ayuda a la regeneración de tejidos
- Reduce el colesterol
- Refuerza a la conservación de la memoria
- Etc.
Los vinos se beben para acompañar una comida, un postre, una conversación o como símbolo de celebración. Algunos son complejos, de sabores diversos, otros refrescan y pueden ser perfecta armonía de contrastes. Se clasifican por colores: tinto, blanco y rosado. También, pueden ser tranquilos (sin gas) o espumosos. O bien, los hay con especias como los son los vermuts.
Los enemigos del vino principalmente son 2: la luz solar y el oxígeno. Por este último, es que existen diversos tipos de corchos cuya función es tapar y proteger al vino de la oxidación. Los corchos pueden ser naturales (100% de alcornoque), aglomerado, comatado (corcho y látex), sintético (polímeros), entre otros. Cuando se descorcha una botella, normalmente se huele el corcho, pues es en él dónde se puede percibir si el vino está en correcto estado, ya que el almacenaje, distribución, cambios de temperatura, posición, etc. pueden haberlo estropeado.
Normalmente, los vinos se envasan en botellas de vidrio, garrafas y en últimos tiempos en empaques de tetra brik (envase de cartón, plástico, polietileno y aluminio, compuesto por diferentes capas) o latas.
¿Cuáles son los tipos de sacacorchos que existen y su razón de ser? Pueden ser de un tiempo o de 2 tiempos, los hay plegables, con alas, en forma de T, eléctricos; sin embargo, la experiencia de abrir una botella de vino tiene mucha relación con su degustación, con el significado, el momento y por supuesto; ¡el disfrute! por lo que se recomienda no hacer uso de la tecnología para descorchar una botella de vino.
Otro punto muy importante para degustar el vino es el uso de copas, “siempre de cristal”. Las hay de diversas formas, tamaño, materiales y estilos (clásica, flauta, burdeos, borgoña, chardonnay, etc.), se componen de boca, cáliz, tallo y pie.
¡Recuerda el vino se disfruta, date tu tiempo para beberlo y nunca agarres la copa del cáliz, siempre del tallo o el pie!
Por esta semana es todo, nos leemos a la próxima con el gusto de seguir compartiendo contigo sobre gastronomía, cultura y emprendimiento.
Por Marletza
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