DROGAS EN LA ADOLESCENCIA

A pesar de los programas anti-droga llevados a cabo durante los últimos años por las autoridades en las escuelas y los programas educativos dirigidos a los padres de adolescentes, el índice de consumo de todo tipo de droga, desde tabaco, marihuana, alcohol, pastillas y cocaína…. entre los jóvenes sigue en aumento.

A diferencia de generaciones anteriores, el consumo de la mayoría de estas drogas ya existía cuando los que son ahora padres de adolescentes eran más jóvenes. Pero no había una proliferación tan extendida como la de hoy, y el contacto con la droga normalmente se realizaba más mayores cuando uno tiene más capacidad de decisión, más facilidad para rechazar ciertos hábitos y más madurez para comprender el daño que puede ocasionar el consumo de drogas. Hoy en día los adolescentes están expuestos a estas sustancias en una edad más temprana en la que sienten todavía la presión de hacer lo mismo que sus compañeros y en la época de la infancia cuando más tienden a rechazar los consejos de personas adultas.

CAMBIOS DE COMPORTAMIENTO EN EL ADOLESCENTE RELACIONADOS CON EL CONSUMO DE DROGA

o Pérdida de interés en actividades familiares, escolares y con amigos

o Falta de respeto hacia las reglas familiares y escolares

o Aumento o pérdida notable en su apetito

o Baja de peso

o Falta de cumplimiento con las responsabilidades y tareas

o Falta de cumplimiento con la hora acordada para llegar a casa

o Deserción escolar

o Bajo rendimiento académico

o Tendencia a ser abusivo verbalmente o físicamente con sus padres, profesores y amigos

o Desaparecen cosas de valor o dinero en la casa

o No quiere decir a dónde va

o Empieza a mentir sobre qué hace, con quién y dónde

o Ofrece excusas constantemente por mal comportamiento

o Pasa mucho más tiempo en su habitación

o Objetos raros en su habitación como: papel de fumar, pipas, discos de cristal, bolsitas de plástico…

CAMBIOS DE PERSONALIDAD RELACIONADOS CON EL CONSUMO DE DROGA

o Signos de depresión. No quiere salir

o Empieza a insultar a los demás miembros de la familia

o Parece huir del ámbito familiar y de la gente a la que quiere

o Parece muy enfadado o confundido

o Sufre de paranoia o cambios muy bruscos y extremos en su estado de ánimo

o Parece preocupado, argumentativo y negativo

o Parece demasiado cansado o hiperactivo

o Excesiva rebeldía

o No parece tan feliz como antes

o Ya no habla de sus problemas personales

o Engaña, roba, miente

o Cambia de amigos

Por Claudia Elena Díaz Lozano. Licenciada en Pedagogía