ALCOHOL EN LA ADOLESCENCIA

La adolescencia representa la transición de la niñez a la edad adulta, es decir, es un periodo de crecimiento y madurez donde la persona adquiere las capacidades físicas y psíquicas y emocionales, especialmente las sexuales, que le permitirán reproducirse. Al ser una etapa de profundos cambios, está marcada por la inestabilidad y, en la mayoría de las ocasiones, el del desconcierto y la confusión de los propios adolescentes ante estos cambios

Durante esta fase de desarrollo, los jóvenes se muestran mucho más vulnerables ante algunos riesgos no saludables, como el consumo de alcohol y drogas. En las etapas inicial y media de la adolescencia (desde los 11 a los 17 años), los adolescentes desarrollan una imagen propia, un rol que buscan proyectar y potenciar ante los demás, su propia personalidad.

El adolescente también desarrolla en este tiempo una sensación de fortaleza e invulnerabilidad, lo que puede acarrear que éste desarrolle comportamientos de riesgo y comience a consumir alcohol y drogas.

Esto se debe a que todavía no se ha alcanzado la etapa adulta y el adolescente se encuentra en una fase de formación y desarrollo, por lo que las consecuencias para la salud son mayores que para un adulto maduro. Además de los riesgos derivados de la ingesta de alcohol en la salud física, los daños más perjudiciales a estas edades se producen en la salud mental.

El alcohol perjudica las áreas cerebro responsable del aprendizaje y la memoria, las habilidades verbales y la percepción visual-espacial. Por consiguiente, el consumo excesivo de alcohol afecta la creación de nuevos recuerdos, las habilidades de resolución de problemas, el pensamiento abstracto, la atención y la concentración. Los estudios sugieren que el consumo de alcohol en adolescentes afecta de forma negativa la función neurocognitiva, como la capacidad de estudiar y obtener buenos resultados en los exámenes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece una serie de consecuencias negativas derivadas del consumo de alcohol, entre los que destacan:

> Relaciones sexuales sin protección, lo que acarrea el contagio de enfermedades de transmisión sexual y otros riesgos como no deseado

> Accidentes de tráfico y tránsito, que representan una de las mayores causas de muerte prematura entre los adolescentes

> Proliferación y desarrollo de la violencia, especialmente la violencia de género.

Por Claudia Elena Díaz Lozano. Licenciada en Pedagogía