AUMENTAN LOS GASTOS PARA LA CRUZ ROJA

Por Carlos Aguila Arreola

@aguila_carlin

Para la Cruz Roja, eso la percepción de inseguridad no ha descendido en Cancún: es una falacia, pues en los últimos dos años ha cambiado el contexto del crimen organizado; los últimos 24 meses han sido muy difíciles en el tema de los crímenes de alto impacto, y durante 2018 se duplicaron las atenciones.

Amilcar Galaviz Aguilar, director de la benemérita institución en el municipio de Benito Juárez, explicó que prácticamente el costo por servicio aumentó un ciento por ciento debido al incremento en el uso de material médico, combustible y cursos de capacitación… sin contar la falta de conciencia y cultura en relación con las llamadas falsas.

“Tuvimos la necesidad de traer cursos que imparte la Cruz Roja nacional, con base en la experiencia de la institución internacional mediante un curso llamado «Acceso más seguro» para capacitar al personal y supiera cómo actuar en caso de una balacera o una masacre”, como la del domingo, cuando ejecutaron a siete jóvenes.

El directivo comentó que la Cruz Roja tiene un staff remunerado de 25 paramédicos, más los voluntarios, y todos fueron a la capacitación: alrededor de unos 100. Allí les enseñaron cómo actuar antes, durante y después de un evento; es decir, tenemos que cumplir ciertos protocolos y procedimientos de actuación.

Recordó que contactaron a las autoridades para establecer una comunicación, y lo primero que exigieron fue que la situación estuviera controlada; es decir, si no hay presencia policiaca y la escena no es segura, no acudimos o permanecemos a distancia prudente hasta que haya personal pie a tierra y nos aseguran que es correcto.

“Tratamos de acudir el menor tiempo posible; atendemos a la persona, lo trepamos a la ambulancia y tenemos que ir escoltados al hospital más cercano. Todos los procedimientos los tratamos de hacer durante el trayecto, en vez de hacerlos en escena, para tratar de reducir tiempos y estar expuestos.

“Hay cosas que han cambiado en cuanto a las actuaciones: todos deben estar perfectamente identificados, con uniforme reglamentario e insignias que nos distingan; usamos petos, que son una especie de mandiles blancos, que permiten ver al paramédico a distancia y que contrasta con los cuerpos policiacos para identificar que es personal del área de la salud.”

Añadió que tratan de no tener implementos colgados que parecieran ser alguna arma o alguna cuestión porque puedo traer un radio y el hecho de tratar de sacarlo implica hacer un movimiento que alguien pensaría que es un arma; entonces, tratamos de estar identificados, no usar claves en ese momento para que no se preste a malas interpretaciones.

Galaviz Aguilar refirió que el año pasado cada servicio costó en promedio mil 300 pesos, que podría ser en la esquina de la Cruz Roja y no gastar gasolina, pero puede ser a lo mejor en El Tintal, que está a 90 kilómetros de Cancún.

“Estamos pensando que el costo por servicio llegaría a los dos mil 600 pesos en el año, y es muy importante, sobre todo, concienciar a la gente porque aún tenemos esa inconsciencia y falta de cultura en relación con las falsas alarmas.

“Al mes salimos 30 veces; si multiplicamos 30 por dos mil 600 (78 mil pesos), ya implica un gasto importante. El 80 por ciento de llamadas al C4 (Centro de Comando, Control, Comunicación y Cómputo) son falsas alarmas, imagínate la cantidad de vehículos que se tienen que movilizar.”

El titular de la Cruz Roja destacó que las ejecuciones –en 2018 sumaron 550 en Cancún, 142 por ciento más que en 2017– representan un alto costo económico por las víctimas de delitos de alto impacto: se gasta el doble de material médico –oxígeno, suero y gasas– porque sangran profusamente y tienen varias heridas.

Por otra parte, eso de que la percepción de inseguridad ha disminuido es relativo porque según la Encuesta Nacional sobre Seguridad Pública Urbana que emite el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 92.8 por ciento de cancunenses mayores de 18 años dijeron sentirse inseguros en su ciudad al primer semestre del año.

Para el último cuatrimestre de 2018 –entre septiembre y diciembre, la percepción se redujo a 89 por ciento, en el tercer lugar nacional y sólo debajo de la ciudad de Puebla (93.4) y Tlalnepantla (90.4), que en el mismo periodo reportó 93.4 por ciento, pero por encima de Uruapan (87.1), Tapachula (85.8) y Monterrey (84.8 por ciento), en el top five.