¿Qué hay detrás de la frase somos lo que comemos?

¿Cuántas veces hemos escuchado y “dicho” esta frase? ¿Qué tan conscientes somos de los qué comemos?, ¿qué significado le damos a los alimentos?, ¿qué pensamos cuando cocinamos?, ¿cómo se conecta el hecho cocinar y el compartir los alimentos con nuestros sentimientos, pensamientos y emociones?

“Somos lo que comemos”, famosa frase del filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach va mucho más allá de sólo acto de comer.

Tuve el gusto de coincidir nuevamente con Luis Enrique Pereira, licenciado en gastronomía, un apasionado de la cocina y creador de Degustaciones Teóricas, un punto de encuentro entre la alimentación y la cultura a través de notas, relatos y reseñas.

La alimentación va más allá de los ingredientes o alimentos que consumimos en nuestro día a día. El entorno, la cotidianidad, la biodiversidad, las estaciones del año, los aspectos sociales, políticos, económicos y culturales… los hábitos y el estilo de vida de cada uno determinan qué, dónde y con quién comemos. ¡Es una gran verdad!

Alimentarnos, es un proceso derivado de una función fisiológica, pero en el que interceden comportamientos, simbologías, estímulos e identidad derivada de la historia de cada uno y nuestras memorias.

Para Luis Enrique existen 3 principios que conforman en recuerdo culinario: 

  1. Breves grandes momentos
  2. Aromas
  3. Nuevos aprendizajes y oportunidades

Considerando que los lugares, las personas, los sentimientos, el disfrute, etc. al entrelazarlos en torno a una mesa o un alimento compartido permiten fortalecer los vínculos para que los atesoremos en el recuerdo como instantes inolvidables. Por ello, todos tenemos un plato o postre favorito ya que la comida está marcada por sentimientos.

Recordar es un acto social al igual que el comer (por ello no a todos les gusta comer solos). Con la comida generamos recuerdos felices y se sanan vínculos. Sino lo has reflexionado en esto, Luis Enrique nos invita a hacerlo. Por ejemplo, pensemos en las celebraciones (cualesquiera que sean) siempre está presente la comida y la bebida; a través de estos elementos conectamos.
Y aquí el punto de que compartir con la familia o amigos entorno a la mesa se vuelve importante, por qué hablamos siempre de “comer”, por qué pasar las recetas de familia de generación en generación, por qué la identidad gastronómica de los pueblos es tan valiosa y no se rescata; ¡se vive!

Justamente, se acercan fechas de muchas celebraciones en la que la comida se vuelve uno de los elementos indispensables, hagamos una pausa cuando preparemos lo que ofreceremos a nuestros invitados, disfrutemos desde la planeación del menú hasta el terminó del convivió, honremos la memoria gastronómica de cada uno de los asistentes y vayamos más allá del comer.

Gracias por leerme otra semana, Es un gusto compartir contigo querido lector.

Por Marletza