El uso de brazaletes electrónicos para los quienes son beneficiados con libertad condicionada es una medida vigente desde 2016, pero no fue sino hasta ahora que comenzó a aplicarse y ya son siete los beneficiados, explicó el Fiscal General Óscar Montes de Oca Rosales.
Hay dos momentos en los que se puede utilizar el localizador electrónico: después de dictar un auto de vinculación se entra a un debate de medidas cautelares, son 14 las que establece el Código, entre éstas la prisión preventiva y hay otras, como la presentación periódica, garantía económica, embargo de bienes, dependiendo, entre otras cosas, del riesgo social que pueda representar la persona a la que se está vinculando a proceso, a quien ya le imputas un delito, explicó.
En entrevista para el noticiero matutino de Radio Fórmula, manifestó que también se puede solicitar al juez la colocación de un localizador electrónico para efecto de que el imputado esté bajo esa medida cautelar y atienda las medidas que el juez le va a imponer a petición del Ministerio Público.
El otro momento es cuando ya está sentenciado y recibe el beneficio de la libertad condicional por haber cumplido la mitad de la sentencia, siempre que se cumplan requisitos, como el plan de actividades que se tuvo dentro del reclusorio, el riesgo para la víctima, la buena conducta y que no se tenga otra sentencia, entre otros requisitos, añadió.
También es una audiencia que se lleva ante un juez de Ejecución de Penas, quien decide si se puede obtener esta libertad condicionada con un brazalete electrónico, aditamento que es proporcionado por la Unidad de Medidas Cautelares, que depende de la Secretaría de Seguridad Pública, que es la que hace el seguimiento, continuó.
Según dijo, en otros lugares esa Unidad depende del Tribunal o del gobierno del Estado, pero en el caso de Quintana Roo depende de la Secretaría Estatal de Seguridad Pública, que tiene un centro de monitoreo, no sólo de los localizadores, sino también de otras medidas cautelares.
En el caso del brazalete, el monitoreo es por medio de GPS, que incluso hace las veces de teléfono para comunicarse con el interno a fin de advertirle que debe recargar su brazalete o que se está desviando de la ruta trazada permitida. Si quiere quitárselo, se enciende una alerta.
De acuerdo con el Fiscal, este tipo de medidas ayudan a despresurizar los reclusorios, en los que hay un problema que tiene que ser atendido.
Además, el sistema penal mexicano está diseñado para que se goce de esas medidas cautelares con vigilancia de la autoridad, son adecuadas y se aplican en delitos no graves que no requieran prisión preventiva oficiosa, con lo que, desde luego, ayudan a que fluyan los procesos y que no implique un riesgo para la víctima, riesgo de fuga o riesgo para la prueba, circunstancias que debe atender el Ministerio Público para solicitar cualquiera medida cautelar distinta a la prisión preventiva.
La medida, insistió, aplica para delitos menores, no puede beneficiarse a un secuestrador o un asesino con esas medidas cautelares.
Por otro lado, explicó que la Fiscalía está “estrenando” su Ley Orgánica, que obligará a hacer ajustes en los modelos de gestión, que implican que se ponga mayor atención para mejorar el servicio, que es lo que se busca y despresurizar el rezago para que disminuya la impunidad en el Estado.
Infoqroo
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