Hoy se juegan el pase a la Confederaciones

Son partidos de poco virtuosismo y en los que a veces sólo se gana con la jerarquía. México y Estados Unidos chocarán por la supremacía de la Concacaf, aderezada esta vez por entregar como premio el pase a la Copa Confederaciones.

El Tri jugará contra el rival que más veces ha enfrentado en la historia. Ante Estados Unidos ha disputado 65 partidos de los que ganó 33, perdió 14 y empató 18.

De esos 14 tropiezos se han desprendido algunas de las derrotas más dolorosas como la del Mundial de Corea-Japón 2002 en la fase de octavos de final o el 4-0 en la final de la Copa USA de 1995.

Pero hay una que en particular antecede y sella lo que ha sido característico en estos encuentros. El plan de espectáculo es casi siempre el mismo: México domina, desperdicia oportunidades de gol al por mayor y termina por perder con contragolpes. Así es en la actualidad y así fue hace 81 años cuando por primera vez se jugaban un pase, como el de ahora.

Un jugador de la Universidad de Duquesne en Pensilvania, que con los años se haría entrenador en jefe de los Acereros de Pittsburgh, Aldo Donelli, anotó cuatro goles en el partido de eliminación directa para asistir al Mundial de Italia 1934.

Los estadunidenses, amateurs pero a la vez pragmáticos a la hora de jugar, fueron muy inteligentes en la lectura de aquel encuentro.

Era el 24 mayo de 1934 en Roma. Dentro del estadio Olímpico dos representantes de la Concacaf dejaban la piel por un lugar. Faltaban tres días para que iniciara la copa fascista de Benito Mussolini, disfrazada de la Copa del Mundo.

México era por naturaleza favorito, pero los errores se fueron cometiendo uno a uno. El técnico era Rafael Garza Gutiérrez Récord, quien dejó en el banquillo al mejor delantero mexicano, Luis Pirata Fuente en favor de JuanTrompo Carreño.

Las cosas iniciaron bien, pero acabaron mal. México se lanzó al ataque, pero en los contragolpes, Aldo Donelli los sometió  hasta en cuatro ocasiones. México se desesperó por la cantidad de llegadas que tuvo y desperdició, mientras que los estadunidenses se refugiaron en la fuerza de Donelli, pateador de despeje y corredor colegial que llegaría a la NFL con uno de los equipos que paradójicamente sería muy popular en México.

En los últimos años México perdió fuerza y orientación a la hora de jugar contra Estados Unidos. Hay una presión externa que a veces momifica a los jugadores nacionales y barreras mentales que los terminan por liquidar.

Este partido, a disputarse en el Rose Bowl de Pasadena, ha cobrado magnificencia por la rivalidad de antaño y la tremenda demanda en cuanto al boletaje. Se espera un lleno desbordante de 90 mil personas para el vital choque.

Ninguno de los dos equipos llega en su mejor momento. Estados Unidos fracasó rotundamente en la Copa Oro y aunque México la ganó, un desplante del anterior técnico, Miguel Herrera, forzó a que Ricardo Ferretti entrara como interino.

Fernando Marcos culpó a Gutiérrez Récord de ese primer gran fracaso ante Estados Unidos. De ahí en adelante hubo una superioridad mexicana que fue salpicada en los últimos años por una rebeldía del equipo de las barras y las estrellas, al vencer en duelos cruciales.

La historia a veces se repite y en otras ocasiones se escribe con otros argumentos.(Agencias)