MUJERES Y ABEJAS

El programa Soy abeja maya, que impulsa la asociación civil “Educampo, Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural”, impulsa la meliponicultura, la crianza de abejas que no tienen aguijón, especie endémica de la región maya y cubre tres rubros, el principal: empoderar a las mujeres mayas que salvan a los himenópteros.

El proyecto está apoyando a más de 500 mujeres indígenas de la península del Sureste mexicano (Campeche, Yucatán y Quintana Roo), quienes además enseñan cómo cuidar a las abejas y cómo construir una empresa.

Los antófilos, conocidos comúnmente como abejas, tienen un papel importante en el mundo: recogen el polen de las flores y producen miel, entre otras funciones. Su cuidado y preservación es tarea de todos, por ello es importante conocer su importancia y los beneficios que hay al mantenerlas vivas.

La meliponicultura es la crianza de abejas sin aguijón, una actividad creciente en la medida que investigadores describen el ciclo de vida de otras especies, y que Educampo aprovechó para implementar el programa Soy abeja maya con tres rubros: empoderar a las mujeres indígenas, proteger a las abejas y preservar la selva maya.

De acuerdo con la información del portal educampo.org.mx, el programa tiene cerca de una década en el Sureste de México y ha beneficiado a las mujeres mayas que reciben capacitación y asistencia técnica para cuidar a las abejas.

“Incluso dan alimentación artificial a los insectos cuando las plantas no son apropiadas por la temporada, y también se les enseña a reproducirlas y generar todo su hábitat”, se lee en el portal web, información que agrega que con la miel se producen productos como jabones, talco, champú y cremas.

El programa empodera a la mujer indígena porque la convierten en agente de cambio social en sus comunidades al participar en cooperativas –Ko’olelo’ob (Campeche), Lool be’ (Yucatán) y Beecheii (Quintana Roo)– y vender sus productos en su localidad y municipios vecinos, al tiempo de preservar una especie endémica.

Asimismo, con su trabajo demuestran que las mujeres están más allá de dedicarse exclusivamente a labores domésticas, mensaje que transmiten a sus familias.

El proyecto se realiza hace más de siete años en el sur del país, específicamente en comunidades mayas de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, y han beneficiado a 528 mujeres, quienes aprenden a crear sus propios negocios y también cambian los roles de género dentro de su comunidad.

“En este programa de mujeres sí vemos una diferencia social muy fuerte; efectivamente, hay ciertos roles muy definidos en las comunidades rurales. Lo que nos comparten las chicas es que se sienten más seguras de sí mismas desde el momento en que salen de su comunidad para vender”, de acuerdo la señora Elvia, que forma parte de Soy abeja maya.

La mayoría de las beneficiadas fueron únicamente tres años a la escuela, por lo que buscan que sus hijos tengan oportunidad de prepararse más; a ellas, Educampo las acompaña cinco años, en los que aprenden a constituir y manejar una empresa: “En algún momento, cuando ya son independientes, las dejamos trabajar solas para apoyar a otras mujeres”.

La Fundación Melipona Maya indica que en los últimos años el número de enjambres se ha visto reducido hasta en 80 por ciento en Quintana Roo, cifra también confirmada por los censos agropecuarios del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Actualmente, cinco mil 200 de esos enjambres están en comunidades indígenas apicultoras de Puebla, Veracruz, Yucatán, Quintana Roo y Campeche.

El panorama para 2019 es alentador en la zona maya de la entidad, donde hay más de 150 productores trabajando con la abeja melipona, además de tres meliponarios de reproducción de colmenas, de acuerdo con la fundación.


Por Carlos Aguila Arreola / @aguila_carlin